Capítulo 5.

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Taehyung miraba con cierto aire desconfiado a la puerta delante suyo, sin saber si tocar o esperar ahí todo el rato. Sus manos se aferraban a la correa de su mochila cruzada al estilo mensajero, constando con un pantalón beige y una sobrecamisa de color azul tirándole al negro, miraba alrededor pensando si había sido buena idea aceptar hacer el trabajo en el departamento de Jimin.

Mordió su labio por debajo del cubrebocas, armándose de valor antes de soltar el agarre de una mano y, con sus nudillos, tocó la puerta con cierta tímidez. Esperó a que abrieran, deseando con todo su ser que la puerta no fuera abierta y así tener una excusa de irse al no ser recibido, pero para su buena o mala suerte, la puerta se abrió.

—¡Hola, llegaste!—Jimin exclamó con una sonrisa, tomando su brazo para hacerlo pasar.—Perdón si hay un poco de desorden, eso no me corresponde a mí.

—Hola.—Se limitó a saludar, observando a su alrededor.

El departamento no era muy diferente que el suyo, en un espacio amplio en compañía de una pequeña sala, un corredor que dirigía a lo que suponía tenía que ser la cocina y las demás habitaciones que disponía el lugar, no pensó siquiera ver algún defecto. Al final de cuentas, él creía que su departamento estaba patas arriba todo el tiempo, sería la persona menos indicada para juzgar.

—¿Quieres tomar algo? Inicié con la presentación mientras te esperaba, puedes verla desde la computadora que está en la sala.—Lo guió hasta el sillón, sentándolo frente a la computadora.—Te traeré algo mientras revisas, ya vuelvo.

Taehyung no objetó sobre no haberle dicho sobre querer algo, pero no mencionó nada mientras descolgaba su mochila de su hombro, quitándose el cubrebocas y guardándolo en su bolsillo antes de enfocar su mirada en la presentación. Estaba comenzando a leer la portada cuando la puerta fue abierta, haciendo que levantaa su mirada con el cuerpo tenso, ¿Alguien más estaría ahí?

—Voy a morir.—Un reconocida voz se precipitó por la puerta antes de ver a la persona portadora de ella.—Tengo demasiada tarea, no creo poder hacerla toda.

Jungkook había entrado al departameto de Jimin, dejando sus pertenencias en la entrada y caminando descalzo por la sala hasta que sintió una mirada en él. Giró su cabeza, sorprendiéndose de ver a Taehyung sentado en la sala con una expresión de sorpresa, podría decir que ambos tenían la misma expresión cuando Jimin apareció.

—No seas maleducado, saluda a mi invitado de hoy.—Regañó mientras depositaba dos botellas de agua sobre la mesita de centro.

—Hola.—Se limitó a pronunciar Taehyung, desviando su mirada.

—Hola, Taehyung.—Sonrió, a pesar de que el contrario no lo vió.

—¿Qué tanto te dejaron de tarea?

—Un par de asignaturas, todo es individual así que no me preocupa tanto.—Explicó, aún con la mirada enfocada en el invitado del día.—Los dejaré trabajar, tengo mucha hambre.

—Pedí comida, está sobre la mesa por si quieres comer de ello.—Gritó mientras lo perdía de vista, volviedo su atención a Taehyung.—No avancé mucho, quería primero ver si te convencía la primera parte para luego trabajar en ella, también quería ver si tenías alguna propuesta de tu parte para el trabajo o alguna condición en particular.

—No, todo está bien. Pensé en algunas ideas, pero eso iría en la parte final del trabajo, podemos ir avanzando en esto y conforme lleguemos ahí te explico mis ideas.

—Perfecto, entonces trabajemos en ello.—Tomó lugar en el suelo mientras acomodaba la pantalla a su altura, explicando cada punto que había avanzado.

Por otro lado, Jungkook comía una rebana de pizza mientras se asomaba sobre el marco del pasillo, viendo lo concentrado que estaban los dos chicos conversando sobre su trabajo. Había estado cuando acordaron una hora para reunirse, pero con sus propios pendientes con las clases lo había olvidado por completo, así que fue grato verlo sentado en la sala con ese gesto de sorpresa.

No negaría que cada que veía a Taehyung le sorprendía, sobre todo ahora que tenía la oportunidad de verlo más allá de su departamento para entregarle su comida. Sentía curiosidad por el chico, pero este parecía tan tenso con su presencia que inclusive se cuestionaba si era el mismo chico del deartamento que pedía la misma orden cada que llamaba. No pensaba que tuviera algo de malo verse fuera de ello, solo habían coincidido por medio de Jimin, pero tal parecía que para Taehyung se sentía todo muy diferente.

Estaba terminando de morder la orilla de la rebanada cuando Taehyung se giró, sorprendiéndole con el pedazo de pizza a medio camino. Dió un paso hacía atrás para esconderse, perdiéndose la pequeña sonrisa de confusión que apareció en el rostro de Kim antes de ser llamado por el pelirrojo, enfocándose nuevamente en el trabajo.

Jungkook se encontraba un tanto inquieto con la tercera presencia en el departamento, usando cualquier excusa para ir a la sala. Desde ir por su cargador, hasta buscar una almohada que claramente no necesitaba, pero que se sentía grato al poder robarle un par de miradas a Taehyung junto con un par de sonrisas mientras hacía enojar a su compañero de dormitorio. Jimin constantemente lo empujaba lejos de ahí, hasta que fue la hora de que Taehyung se retirara fue cuando se quedó en su habitación mientras Jimin despedía a su invitado.

—Terminaré el trabajo, te lo mandaré por correo y ya podemos hacerle las últimas modificaciones antes de enviarlo.

—Está bien, estaré al tanto de ello. Muchas gracias por recibirme hoy, avanzamos bastante.—Taehyung le sonrió mientras caminaban a la puerta.

—No hay de qué, a partir de ahora eres bienvenido a venir cuando quieras.—Sonrió en su dirección, abriéndole la puerta.—Espero que llegues bien a tu casa, avísame cualquier cosa.

—Claro, nos vemos en clase mañana. Buenas noches, descansa.—Se despidió con un gesto de mano antes de salir, caminando al ascensor.

Jimin lo perdió de vista cuando entró al ascensor, cerrando la puerta detrás suyo. La sonrisa amable de su rostro se convirtió a una divertida, caminando directamente a donde suponía que su compañero de piso aguardaba, abriendo la puerta sin antes no anunciar su entrada.

—¿Qué todo el teatro que te montaste allá afuera?—Se cruzó de brazos, interrogándole con una ceja arqueada.

—No sé a que te refieres.—Murmuró, su mirada enfocada en la pantalla de su computadora.

—Nunca te dejas ver cuando tengo compañeros de trabajo, pero Taehyung viene y no te despegas de la sala a pesar de mis amenazas de que te fueras.—Señaló la almohada que descansaba sobre su cama.—¿Ir por una almohada? Sí, eso parece muy creíble, eh.

—Solo me aseguraba que no lo asustaras.

—Mi amigo, serías tú quien lo asustara de tantas vueltas que pegaste.

Jungkook se limitó a encogerse de hombros, aún fingiendo prestar atención a la pantalla mientras Jimin lo cuestionaba con la mirada, esperando que dijera algo más.

—Sea lo que sea, espantas.—Dijo antes de cerrar la puerta, dejándolo solo.

El chico bufó en la soledad de su habitación, ¿Espantar? No lo creía de esa manera, solo estaba exagerando en sus palabras.

Pero a partir de ese momento no despegó sus pensamientos de aquel chico, ¿Había cruzado algún límite? No lo creía, Taehyung le sonreía de vuelta cuando iba a molestar, todo parecía estar bien, simplemente tenía la necesidad de verlo por alguna extraña razón.

Sin enfocarse más en ello, se dispuso a seguir con su trabajo, a pesar de que cierto castaño no lograba salir de sus pensamientos por el resto de la noche.

Delivery BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora