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POV. NATALIA

- Mira Mari, como no salga bien te juro que te arranco los cuatro pelos de tu chumi que he visto ya cien veces.- 

- Que fina me ha salido la niña oye. Que va a salir bien pesada.- 

- Estoy nerviosa.- 

- Anda exagerada.- Dijo Julia, la amiga de Alba. 

Suerte tenía de tener a estas dos ayudándome con todo esto. 

- Vale, ya casi es la hora, ¿No?- Les pregunté. 

- Falta media hora para que empiece el atardecer marica.- Dijo Julia riendo. 

- Espérate anda.- 

- Bueno Julia, tu ves con Alba para que no sospeche de si la haces subir tan rápido.- Le dije. 

- A tus órdenes.- 

- Natalia! Toma las llaves, no la lieis y antes de las doce quiero mis llaves de vuelta.- Me dijo Alex. 

Sí, la enfermera que me tiraba la caña me está ayudando con mi plan. 

- Te amo mucho ahora mismo.- Dije abrazándola y tirando la muleta al suelo. 

- Cuidado con la muleta a ver si te van a tener que poner el yeso otra vez.- Me riñó. 

- Perdón perdón.- 

- Bueno me voy que tengo que atender a pacientes. Mucha mierda.- 

- Adiós y gracias!- Le dijo María. 

- Madre mía madre mía.- 

- Tía relájate que te va a dar un jari, toma te he traído otra tila.- 

- Gracias.- Dije cogiendo el vaso que me ofrecía. 

- Oye Natalia.- 

- Dime.- 

- Si no sale bien voy a estar aquí, ¿Vale? Que seguro que sale bien, pero por si acaso quiero que lo sepas.- 

- Lo sé, te quiero un montón.- 


POV. ALBA

- Buenas buenas.- 

- Julia! ¿Qué haces?- 

- Pues venir a ver a mi mejor amiga.- 

- Ah vale vale.- Dije riendo. 

- ¿Cómo te encuentras?- 

- Hoy bastante bien, pero necesito salir de aquí ya, llevo dos semanas ingresada y no puc més.- 

- Bueno, ya quedará menos.- 

- ¿Tu como estás?- 

- Pues cansada del señorito Right y sus estupideces.- 

- ¿Qué ha hecho ahora?- 

- Nada, buscarme las cosquillas, como siempre. Que se ha empeñado en pintar nuestra habitación roja. Roja!- 

- Se quiere montar un cincuenta sombras de grey o que.-Dije riéndome. 

- Calla, que es que que horror, no la puede dejar blanca como la hemos tenido estos dos años no.- 

- Son hombres, no se puede hacer mucho.- 

- Ya pero no sé, un gris, blanco roto, amarillo pastel... No un rojo, por Dios.- 

Me reí de lo indignada que se veía. 

Es que tela con el Carlos Right, era más tozudo que una Natalia y mira que es decir. 

Estuvimos un rato hablando de todo y nada hasta que Julia de repente pegó un chillido y se levantó de golpe. 

honestamente tristeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora