El sábado por la mañana, Senku estuvo de buen humor en el trabajo, a pesar de estarse matando a sí mismo trabajando en el robot de Whyman, pero el buen humor le duró poco, porque Xeno llegó a trabajar en la misma área que él, ya que tenía proyectos de robótica que hacer.
—¿Más pirañas robots para el estúpido programa del mentalista? —preguntó con aparente indiferencia, recogiendo las piezas del robot de Whyman.
—Más o menos. ¿Y tú en qué trabajas?
—Eh... bueno, pensé en finalmente mejorar el proyecto de crear un robot para que Whyman pueda moverse por su cuenta, sigo perfeccionándolo, esperaba que pudieras ayudarme con eso.
—Tengo que volver a Estados Unidos mañana, y Gen me pagó por ayudarlo en otros trabajos para su programa, pero con gusto te asesorare por video llamada si me necesitas una vez fuera de Japón.
—Bien... —Maldita sea.
Por suerte, Xeno llegó a ayudarlo un poco con algunos detalles, mencionando algunos trucos que aprendió de una tal Dra. Coutta para la inteligencia artificial, antes de tener que irse temprano porque necesitaba ayudar con otros detalles a Gen en su programa antes de irse, dejándolo solo trabajando en el robot humanoide.
A las pocas horas, cuando ya iba por su sexto café, el chico de los recados que le trajo su séptima taza mencionó algo de que debería comprarse una cafetera para su laboratorio personal en vez de explotarlo laboralmente, y Senku planeaba ignorarlo como siempre, pero entonces dijo otra cosa que llamó su atención.
—Al menos hoy solo tú me explotas, Chrome se trajo a Kohaku-san para ayudarlo con sus cosas...
—¿Qué dices? —Volteó a verlo con los ojos muy abiertos—. ¿Kohaku está aquí?
El chico de los recados le explicó que Kohaku estaba ayudando a su cuñado a cargar unos materiales a una camioneta, pero que ya estaban a punto de terminar seguramente, a lo que Senku rápidamente guardó sus cosas, bebió de golpe el último café y salió afuera.
Fue sigilosamente hasta el lugar de trabajo de Chrome, viendo justo como se despedía de Kohaku.
No perdió tiempo y fue hasta su auto, logrando interceptar a Kohaku antes de que se fuera.
Al verla mirarlo con sorpresa, se dio cuenta de que realmente no había planeado lo que hizo, que se guio por puro impulso, y rápidamente sonrió, intentando fingir que esto era un encuentro casual.
—Hola, leona. —Senku bajó la ventanilla con una sonrisa ladina—. ¿Quieres que te lleve? Así podremos hablar de cómo solo yo puedo llamarte así. —Eso se le escapó por puro impulso, pero ella se sonrojó y él no pudo evitar reír divertido.
—¡Ja, espero que no te hayas hecho ideas raras! —A pesar de su grito disgustado, se subió a su auto—. Me refería a que apenas puedo tolerarte a ti, menos voy a tolerar a otro idiota con ese horrible apodo.
—Ajá, claro. —Rio mientras conducía.
—¿Y tú qué hacías viendo el programa, de todos modos?
—Estaba en casa de Taiju y Yuzuriha —se excusó fácilmente.
—¿Otra vez?
—Sí.
Kohaku lo miró con escepticismo, haciéndolo sudar frío por un momento, pero entonces gritó horrorizada de pronto:
—¡Oh, no! ¡Senku, DETENTE! —Él pisó el freno de golpe, deteniéndose a solo un metro de la asustada niña pequeña que justo había estado caminando por la calle por la que iba a doblar, misma niña que se quedó paralizada en su sitio. Bajaron del auto y la niña de inmediato empezó a llorar a gritos, a lo que Kohaku la tomó en brazos, susurrándole palabras tranquilizadoras.
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Juego de citas
Fanfiction¿Quieres encontrar a tu media naranja? ¡No sufras más! En "Juego de citas", el mejor programa del mundo de piedra, ¡encontrarás al amor de tu vida y mucho más! ¡No te pierdas los nuevos capítulos de este apasionante programa de la mano del mentalist...