Casi el minuto 12 de partido. Lamine tiene el balón y hace un pase largo hacia la portería. No me lo pienso dos veces y cuando el balón está cerca, salto e impulsó mi cabeza contra la pelota. Era casi imposible. Pero lo imposible se volvió realidad en ese instante. Había marcado un gol. Los aficionados estallaron en una ovación ensordecedora, y mis compañeros de equipo corrieron hacia mí, rodeándome en una celebración eufórica. Besé mi escudo con orgullo, sintiendo el latido acelerado de mi corazón mientras el rugido de la multitud resonaba en mis oídos. A pesar de no jugar en casa, había muchos aficionados apoyándonos. Había marcado el primer gol del partido, dándole la ventaja a mi equipo. Empezábamos bien. Después de terminar de abrazar a mis compañeros, me fijo en la cámara que tengo al lado y sin pensarlo, hago lo que llevaba pensando hacer todo el partido si conseguía marcar. Rodeo mis ojos con mis manos simulando unas gafas, al igual que hace Pedri al celebrar sus goles y señalo a la cámara. «Esta va por ti».
Termina el partido. 3-4 victoria para nosotros. Entramos eufóricos en el vestuario después de saludar a algunos aficionados en las gradas. Algunos entran cantando y otros gritando, contentos por el resultado. Empiezo a desvestirme para entrar en la ducha cuando entra nuestro entrenador a darnos la enhorabuena.
—¡Mister! –exclama Ansu al verlo nada más entrar.
—¡Así sí! –grita Xavi aplaudiendo. —Habéis peleado hasta el final, ¡Así sí, chicos!. –repite esta vez acercándose uno por uno para chocarnos la mano. Cuando llega a mi me palmea el hombro con una gran sonrisa. —Bien ahí, chaval.
Le devuelvo la sonrisa orgulloso. Habíamos jugado un buen partido.
—Seguid así y veréis como conseguimos todo lo que queramos. –termina diciendo. —Mañana repasamos jugadas y fallos. Quiero a todo el mundo en la ducha, rapidito, que en unas horas salimos en el bus.
Una vez sale del vestuario junto al equipo técnico, Ansu conecta su altavoz tan característico y la música empieza a sonar. Sacudo la cabeza al reconocer la canción. Era la canción de Quevedo con bizarrap, Quédate. Sabía que la ponía para molestarme porque una vez le dije que esa canción me recordaba a Pedri y se puso super pesado a ponerla todo el rato. Le miré y él alzó sus cejas con una cara pícara. Le saqué el dedo y me lanzó su camiseta sudada. Me reí y me dirigí a la ducha sacudiendo la cabeza mientras la canción sonaba de fondo.
—¡Tío, pon otra, no me jodas! ¡Que esa ya está muy quemada! –oí como se quejaba Balde.
Terminé de ducharme y vestirme y salí del vestuario con Ferran y Lamine para subir directamente al autobús que ya nos esperaba fuera. Una vez dentro, me senté y guardé el asiento de al lado para que no se sentara nadie. Estaba cansado y me apetecía dormir un rato hasta llegar. Por suerte el ambiente del autobús estaba tranquilo, supuse que porque todos estábamos cansados, así que nadie quiso molestarme hoy. Saqué mis auriculares y puse mi playlist favorita. Abrí instagram y tenía un montón de menciones pero me dio pereza ver todo así que salí de la app y fui a whatsapp. Tenía varios mensajes sin leer, de amigos, de mi familia, de mi repre y de Pedri. Sonreí inconscientemente y me metí en su chat.
Pepi🍌
¿Me estás intentando robar la celebración?Solté una risa suave al leer el mensaje.
Yo
Mierda. Has descubierto mi plan.Pepi🍌
😂Leí el mensaje y volví a sonreír. Bloquee el teléfono, dispuesto a perderme en la música y quedarme dormido, pero una notificación de Pedri encendió de nuevo mi pantalla.
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Esta va por tí ; Pedri & Gavi
FanfictionGavi le dedica su gol a Pedri, ya que este está lesionado. Pronto los dos, descubren que sus sentimientos han cambiado.