babydoll ♱ bts smuts

34 | namjoon

Tienes otro trabajo los fines de semana, de camarera en un nuevo club de lujo en el centro de la ciudad.

No hay más uniforme que la piel y el raso negro, y una corbata si la mesa está especialmente cursi.

Eres bastante buena evitando que tu ropa inflamable se prenda fuego, sobre todo con todas las bengalas baratas que sacas para los grandes gastadores.

Sales a tomar un respiro después de haber servido tu última mesa, y tus pulmones agradecen el respiro de la colonia de almizcle y sándalo, el spray corporal Lynx.

Hay una conmoción junto a la puerta trasera por la que acabas de salir, y observas, divertida, cómo dos de los porteros escoltan a un imbécil de la ciudad de nuevos ricos.

Espera, espera.

Reconocerías su nuca en cualquier parte.

Desde la última vez que lo viste, tu gran bobo se ha cortado el pelo, bien pegado a la cabeza para que puedas ver exactamente cómo le crece el pelo desde el cuero cabelludo, sin longitud extra que lo agobie.

Se parece a los chicos grandes con los que ibas a la escuela, crees que te gusta.

Se gira y te ve apoyada contra la pared de enfrente.

"Bonito traje", dice, sonriendo en toda su cara grande y tonta, sacándote de tu gruñido reflejo con tanta facilidad que es ridículo.

"Bonito cabello", dices, mirándolo de la misma manera que él te mira a ti.

Pasa una mano por encima y se inclina como si te invitara a tocarlo.

Le das una palmadita en la cabeza. Su cabello es más suave de lo que parece. Intentas tener suficiente cantidad entre tus dedos para tirar, pero no puedes.

Todavía te está mirando, con más de una pizca de esperanza en sus ojos, el caliente hijo de perra.

"Estás demasiado lindo para follarte ahora", dices, levantando la nariz para que pase adentro.

Él simplemente se ríe mientras te sigue de regreso al interior, ¿Cuándo diablos este tonto se volvió tan engreído?

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Normalmente te cambias después del trabajo, quién demonios quiere pasearse por el distrito de los clubes nocturnos a las 3 de la madrugada con una gargantilla de satén y tacones de stripper, pero has estado pensando en él toda la noche.

Sobre su estúpido nuevo corte de pelo y cómo lo quieres entre tus piernas.

Paseas despreocupadamente por la entrada para despedirte de Yugyeom, el camarero, y miras a tu alrededor.

Tu gran tonto no te defrauda.

Tiene las manos metidas en los bolsillos de los pantalones de traje y la cabeza inclinada para que levantar tanto la vista para verlo.

''¿Quieres dar una vuelta?", pregunta con la lengua en la mejilla, haciendo que su hoyuelo se destaque.

''Sí.''

Quieres montarte sobre él.

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Su coche está aparcado a tres calles al lado del paso subterráneo donde se conocieron por primera vez.

"¿Dónde está tu bicicleta?" preguntas, con una broma en tu voz.

''Obtuve mi licencia, ¿recuerdas?''

Se desliza en el asiento del conductor y se acerca para abrir tu puerta, sus pantalones apretados sobre sus muslos.

Te atrapa mirando, de todas formas no intentabas ocultarlo.