babydoll ♱ bts smuts

37 | jimin

resumen: te casas el día de san valentín, pero de alguna manera, permites que un stripper te folle delante de tus damas de honor.

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Empezabas a recordar cuando a tu prometido no le agradaban tus amigas.

«Ellas están solteras y tú no», era un argumento que oías a menudo. «Te influenciarán para que actúes igual de soltera que ellas», era otro.

En cada discusión, le rebatiste con firmeza, afirmando que aunque tus amigas estén solteras y estuvieran un poco por ahí, tú no lo estabas. Pero tú decías que el problema era más profundo. El que iba a ser tu marido tuvo sus propias aventuras secretas, y además borracho, que acabaron en un embarazo y un hijo por el que paga mensualmente, pero al que se niega a ver. Quizá por eso cree que tú le harías lo mismo en un acto de venganza, pero superaste esa parte de la relación (aunque tus amigas estuvieran enfadadas contigo). Lo amas.

Ahora, mientras observas a tus amigas, todas igual de borrachas que tú, si no más, dispersarse alrededor del hombre, todos de rodillas. La vista es realmente sucia: las luces de la habitación del hotel estaban tenues mientras la música sonaba de fondo. El hombre (Jimin era su nombre) está de pie frente a tus amigas, con una sonrisa arrogante en sus labios. No duda en permitir que tus amigas envuelvan su polla con la boca, incluso permitiendo que sus ojos parpadeen hacia ti cada pocos momentos.

No deberías estar aquí, eran tus pensamientos sobrios. Te ibas a casar a la mañana siguiente con el hombre que amabas. Esto no era más que una despedida de soltera con tus amigas. Una fiesta a la que a tu prometido le preocupaba que asistieras, pero le aseguraste que no sería nada.

Esto... esto no era nada.

«Sólo inténtalo, t/n.» una de tus amigas, una dama de honor, murmura desde la polla de Jimin, su mano bombeándola. «Vive el momento».

«Me caso mañana». Sacudes ligeramente la cabeza, caliente bajo la mirada de Jimin. Tragas grueso, Jimin es un hombre atractivo. Sus ojos son tan afilados como su mandíbula, y es consciente de su belleza. Hace alarde de ella desde que apareció en la habitación como bailarín, algo que no esperabas ver.

«¿En el día de San Valentín?» Jimin pregunta, su voz suave y tersa, casi melódica. «Qué dulce».

Tragas saliva y sientes que tus piernas se tensan. No eras una cualquiera: tú y tus amigas han estado en esta situación muchas veces antes. Todas ustedes se vieron actuar de manera demasiado prostituta con un hombre, pero esto es diferente. Ibas a casarte mañana mismo y te estaban invitando a este asqueroso lío.

«Entonces, ¿por qué no disfrutar de tu última noche como una mujer libre haciendo algo escandaloso?» Pregunta Jimin. Envuelve su propia mano en su polla, gruesa y venosa con la punta roja, empezando a bombear. «Será nuestro pequeño secreto».

Tu corazón se acelera fuera de tu pecho. Sientes náuseas con la mirada de Jimin, es como si la habitación empezara a girar y sólo estuvieran él y tú, estás completamente bajo su hechizo.

No te das cuenta cuando tú misma caes de rodillas y te arrastras hacia el hombre, no hasta que tus labios están alrededor de dicha polla y se la estás chupando. Sus manos se enredan en tu pelo y te anima.

Esto está mal, te dices a ti misma. No eras una mujer libre en lo más mínimo, tenías un futuro marido. Pero la adrenalina que corre a través de ti es intoxicante, te hace encajar a Jimin más y más profundamente en tu garganta hasta que tienes arcadas de él. E incluso entonces, no querías parar.

Los gemidos de Jimin llegan a tus oídos, su respiración se entrecorta con cada arcada de tu garganta. Tus uñas aprietan su muslo desnudo para llevarlo aún más, si es posible, a tu garganta. Estás mojada, apretando tu cuerpo con tanta fuerza que desearías poder quitártelo y liberarte de él.

«Levántate.» Jimin te lo ordena, su voz suave te devuelve a la realidad. Saca su polla de dentro de tu boca, un hilo de saliva la conecta. «Estás chupando como si no te hubieran follado en años».

Tus amigas están gritando, todas aplaudiendo y vitoreando. Permites que Jimin te lleve a la cama grande, presionándote firmemente contra ella.

«Tu marido tiene suerte». Jimin cacarea, como si se burlara de ti, mofándose de que engañaras al hombre con el que te vas a casar.

No te quita la lencería. En vez de eso, Jimin engancha un dedo en tus bragas y las empuja a un lado. Silba. «Tan mojada. Sabía que te gustaba, preciosa».

La cama se hunde, tus amigas te rodean. Una amiga, tu dama de honor, está detrás de ti. Te ofrece una sonrisa borracha y asiente. «Está todo bien, t/n», asegura, pero esto no lo estaba.

Tu dama de honor sujeta tus brazos mientras Jimin te penetra. Tu espalda se arquea y sueltas un profundo gemido.

«Se siente bien, ¿verdad?» Jimin se ríe, acelerando el ritmo de sus embestidas. No sabes hasta qué punto estás influenciada por tus amigas, pero no puede ser una buena señal si estás dispuesta a engañar a tu marido tan fácilmente. Sin embargo, no puedes molestarte ni preocuparte.

Jimin golpea dentro de ti, la piel húmeda choca entre sí. Las voces de tus amigas son el ruido de fondo, una mezcla de risas, gemidos y palmas. No estás segura de qué amiga te está apretando los pechos, pero estás segura de que una tiene las manos en tu clítoris.

«Esta es la despedida de soltera más salvaje a la que he asistido.» Jimin gruñe mientras te aprietas a su alrededor. Tus amigas estaban tan metidas como tú, unas cuantas besándose mientras el resto te daba placer junto a él.

«¿Se siente bien?» te pregunta tu dama de honor, bajando para susurrarte al oído.

«¡Se siente tan bien...!» exclamas, tus jugos cubriendo por completo la polla de Jimin. Ni siquiera te has asegurado de que llevara condón.

«¿Qué tal si te corres en ella?» pregunta tu dama de honor, riéndose de tu expresión. «Dale un regalito que nunca olvidará».

Jimin se estremece, con los ojos muy abiertos. ¿Qué estaba sugiriendo exactamente tu amiga?

No importa, Jimin piensa. No estás protestando, así que ¿por qué debería hacerlo él?

Jimin te taladra aún más fuerte, empeñado en hacer lo que tu dama de honor le pidió. No te niegas, estás gimiendo por más y más y más...

«¡Mierda!», gritas, sintiendo cómo te deshaces ante ellos, los dedos de tus amigas sobreestimulando tu palpitante clítoris.

La polla de Jimin se cubre de blanco con tu semen y no puede evitar correrse él también. Tiembla, no sabe cuándo fue la última vez que se corrió en alguien así y fue igual de excitante.

Te sientes cansada cuando Jimin salede tu interior, incapaz de abrir del todo los ojos.

«Podemos pagarte un extra», sugiere tu dama de honor, al darse cuenta de que te has quedado dormida.

«No hace falta». murmura Jimin, observando tu figura dormida. «¿Qué querías decir con dejarle un regalo que no olvidará?».

Tu dama de honor se ríe entre dientes. «No hay duda de que estará embarazada», dice con indiferencia. «Ese marido suyo la engañó primero y tuvo un hijo. t/n es simplemente tonta y accedió a quedarse con él. Yo digo que es el karma. Una pequeña venganza».

Jimin observa cómo tu amiga se ríe aún más. "Verlo criar al hijo de otro hombre mientras ignora al hijo que tuvo cuando la engañó".

Jimin traga, sin saber qué decir en la situación.

No es asunto tuyo, piensa Jimin.

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