Hambre de...

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-Eres un cínico y un hipócrita

-No tengo porque mentirte

-Te vi en la oficina Esteban, estabas besandote con paula... no me lo vayas a negar porque si algo me enfurce es que me mientas en la cara.

-Mira, de aver sido así de lo diría-Una sonrisa pícara se pinta sobre sus labios-

-Ay sí, esta bien, esta bien siguete metiendo con ella, desahógate porque a mi no me vuelves a tocar...

Que forma de destruirse ¿no?, suena ironico que yo lo diga si lo que acabas de leer es una estupidez mía, pero el amor es así o bueno el mio es así, estoy atrapada en una marea imparable entre un lo quiero y no lo quiero, es como si mi cuerpo estuviera dividido y mi mente y mis recores dijeran algo pero mi corazón me susurrara algo diferente, el dilema aquí es...¿a cuál le hago caso?

-Gira su eje con toda la intención de salir, pero algo la sujeta del antebrazo que le impide desaparecer del lugar-

-¿Estás celosa?-cuestiona sobre sus labios-

- Ja ¿Yo? ¿Celosa? por favor Esteban no te creas el todas mías- suelta un suspiro al sentir como las enormes manos de su hombre la toman de la cintura y la acerca hacia el-

-¿Segura?- La sujeta con fuerza haciéndolos caminar hacia una habitación vacía en el lugar-

-Esteban...- lanza un gemido al sentir los carnosos labios de su marido sobre su boca-

- Quiero que te quede claro- expresa entre besos- Paula no me interesa- continua lamiendo y mordisquendo sus labios-Te recuerdo que anoche, después de 20 años volví a sentir y te consta...-

-Lo de anoche desapareció después de que te vi besándola en la oficina esta mañana- dice mientras lo empuja detenido los besos-

-Eso jamás pasó, teniendo los tuyos para que quiero los de ella- acercándose  comienza a subir lentamente de abajo a arriba la falda que cubre las piernas de la fémina-

-Esteban...- susurra-

-No me voy detener, te voy a demostrar que paula no es nadie en mi vida-

Succiona su boca con fervor pasando de la boca al mentón luego al cuello, se volvía loco de escuchar los gemidos convertidos en susurro que provenían de la pelirroja, del cuello a sus cenos hundiendo su cara entre ellos lamiendo el exterior mientras desabotonava el blazer que le impedía inspeccionar bien a la mujer... con la falda arriba la toma de la cintura  colocandola en la tipo barra que estaba ahí, un regalito del destino, continuo con su trabajo dejándola semi desnuda del torso para arriba lamiendo y mordisqueando los grandes cenos de la pelirroja para después bajar a su sexo...comenzando con pequeños besos en la entrepierna, el empresario trago grueso al encontrarse con una feminidad húmeda de placer, besos, lamidas, mordiscos y succiones tenían a la abogada retorciéndose de placer, sujetando la cabeza de su hombre indicándole que no parara, esteban lanzó la mirada hacia arriba para observar que la pelirroja se retorcía del placer con los cenos completamente erguidos indicando el siguiente paso, finalizando con un beso para después  colocarse frente a frente con la pelirroja, la cual sin cuestionar comenzó desabrochando el cinturón del empresario encontrándose con un mástil erguido, su mástil, acto seguido masajea el sexo el empresario observando como este se retorcía de placer con cada tacto, se estaban torturando mutuamente, acto seguido penetra su sexo comenzando una danza, dentro fuera dentro fuera el pelinegro sujetaba las grades caderas de la ojiverde masajendo sus glúteos y mordisqueando sus pechos, minutos después ambos unieron sus cuerpos semidesnudos para llegar al punto máximo explotando de placer un dentro del otro...

ONE SHOT La madrastra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora