Chris Sturniolo One shots (imagines)

Sordo

tercera persona

T/n había estado sentada en la biblioteca de su universidad, estudiando para un exámen para su clase de psicología.

Ella no captó que había alguien a su lado pidiéndole el libro de texto, lo que provocó que es persona se frustrara.

Esa persona era Chris. Él estaba en la misma clase que T/N pero en realidad no hablan.

Cuando Chris comenzó a alejarse, una mujer rubia lo detuvo y dijo, —" Ey, esa es mi mejor amiga, t/n. ¿Cómo te llamas?"—

—"Soy Chris, tu amiga parece ser muuy dulce"— Se burló.

Ella respondió — "Bueno, soy Erica. Y ella no estaba tratando de ignorarte, es sorda".

Chris se palideció mientras escuchaba eso, sintiéndose mal por lo frustrado que se sintió, y por haberse burlado.

—"Ve a hablar con ella, es muy amable"—  Lo animó Erica, entregándole a Chris una libreta y empujándolo ligeramente hacía
t/n.

Al ver a su mejor amiga hablando con un chico al cuál no recordaba haberlo visto nunca, estaba confundida, por decir lo menos.

Estaba aún más confundida cuando ese mismo chico se sentó frente a ella.

Él escribió un, "hola, soy chris. ¿cómo te llamas?" en el bloc de notas antes de pasárselo a la chica, esperando una respuesta.

Ella respondió "soy t/n, encantada de conocerte".
...

Su tiempo de escritura había llegado a su fin cuando un bibliotecario se acercó a los dos y les dijo que la biblioteca cerraría.

Luego Chris observó como el bibliotecario le hacía señas a t/n.

Él supuso que ella hizo señas de la misma frase que le acababan de decir, pero se equivocó, porque Erica se acercó a él y le dijo — "ella acaba de señalar que eres lindo".

Todo lo que el chico moreno pudo hacer fue sonrojarse ante eso, viendo como Erica se alejaba, dejando a chris y a t/n solos otra vez.

T/n le devolvió a Chris el bloc de notas y la página decía:

"aquí está mi número. XX-XXX-XXXX. Obviamente no me llames. Escríbeme. Fue un placer escribirte, Chris. ¿hablaremos pronto?"

Chris asintió con la cabeza hacia T/N sonriendo. Y ella escribió una cosa más que decía:

"Tendré que enseñarte algo de lenguaje de señas en algún momento".

Él asintió una vez más, tomando la libreta y observando cómo ella se alejaba, con un rojo intenso cubriendo sus mejillas.