Tenía tres opciones de outfit, no sabía por cuál decantarme. Jamás había ido a una fiesta en un barco, bueno, a ningún tipo de fiesta en general. Si mis padres se enteraban de aquello, me matarían. Les estaba mintiendo, pero si les decía la verdad conforme estaba mi madre allí en Altea, no me dejarían ir por nada del mundo. Necesitaba salir, despejarme y olvidarme de todo aquello, además Sienna y sus amigas parecían buenas chicas y de fiesta seguro que me lo pasaría genial, estaban locas.
Hablé con Sienna por teléfono y me dijo que ellas iban a ir en bikini. Escuchar eso no me hizo mucha gracia, imaginarme en bikini alrededor de un montón de gente borracha y tíos intentando algo con nosotras... Se me quitaron un poco las ganas.
Finalmente decidí que me pondría bikini, pero tan solo llevaría al descubierto la parte de arriba, mi culo prefería reservármelo para mí. Escogí una falda de choché que mi madre compró en Ibiza durante su último viaje, era preciosa. Me dejé el pelo suelto, ondulado, y me puse mis accesorios dorados de confianza. Me veía preciosa, que era lo importante.
Pasaron a recogerme como habíamos quedado, y me monté en el coche alquilado por ese grupo de gaditanas desfasadas. Ya habían empezado a beber, conducía Sienna, que como bien dijo, bebía lo justo, una copita y tirando. Me alivió saber eso, saber que al menos iba a haber alguien cuerdo como yo, no como el resto del grupo, que saltaba a la vista que llevaba ya más de dos copas encima. La noche iba a prometer...
No sabía dónde era la fiesta, la verdad que desconocía por completo que ese tipo de fiestas estuviera tan cerca de mí.
-- Chicas, ¿estáis preparadas para otra noche de fiestón? – gritó Erika, levantando la botella de la que estaba bebiendo a morro.
-- Esta noche promete amigas. ¡Va a estar lleno de tíos buenos! – gritó también Sofía, otra amiga de Sienna. Nos dijo aquello como si estuviera descubriendo América. Al decir 'tíos buenos', se le abrieron los ojos y nos miró a todas con cara de 'me los voy a comer a todos'.
-- Yo ya tengo al mío fichado babys, está buenísimo. – dijo Lidia, dándole un sorbo a su vaso que sujetaba con la mano. – Es el que organiza la fiesta.
-- ¿Joder, no?, apuntando alto mi amiga. – respondió Sienna sin quitar la mirada de la carretera.
-- Tía que está buenísimo, esta noche es mío sí o sí. – aseguró otra vez Lidia. No se cómo podía presumir de querer enrollarse con una persona que era capaz de organizar ese tipo de fiestas ilegales. Sería un delincuente, estaría metido en todo tipo de líos, vaya ganas... Sin duda esa chica se fijaba en tíos que eran lo contrario a mi prototipo, así que por mí, todito para ella.
-- Lidia se va a liar con el más peligroso de la fiesta. – dije y me reí, me hacía mucha gracia cómo iban todas de borrachas, y ni siquiera había empezado la fiesta.
-- Si sí nena, tú ríete, cuando lo veas y te enamores será tarde, porque ya es mío. – ella siguió asegurando que aquel tío organizador de fiestas ilegales era completamente suyo, pobrecita.
-- Todo para ti reina. No saldría jamás con alguien que se dedica a hacer esas cosas. -- dije arrugando la nariz. En ese momento estaba segura de eso, ¿pero cambiaría de opinión si supiera de quién se trataba?
-- ¡Anda!, Gia es una princesita y busca a su príncipe. – se burló de mi entre risas, pero me eran completamente indiferentes sus palabras, sabía cuál era mi prototipo y una persona que se dedicaba a eso, desde luego que no. – Esta noche te busco a alguno digno para tu reino.
-- Calla idiota, me lo voy a pasar bien sin tener que ligar con nadie, ¿de acuerdo? – le advertí, para que olvidara aquella idea de buscarme pretendiente. No iba con la idea de ligar, y mucho menos de enrollarme con un tío, prefería bailar, beber un poquito y que mi cabeza dejara de darle vueltas a aquel chico que tenía todo el rato en mis pensamientos.
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Agárrate fuerte
RomanceGia es una chica madrileña enamorada de Altea, una ciudad alicantina donde veraneaba cuando era pequeña. Allí vive Oliver, el chico que jamás ha podido sacar de su cabeza. Bajo una noche de perseidas hicieron una promesa, y ella la incumplió, no reg...