₊˚⊹⋆ 𝑴𝒊𝒍𝒌𝒚 𝒔𝒉𝒂𝒌𝒆, 𝑫𝑨𝑫𝑫𝒀!~ ✧˖°.

⋆⑅˚₊ 1

-Otro día agotante en la universidad, ya comienzo de fin de semana gracias al cielo, como era de costumbre solía ir hacia mi casa cerca del campus pues no me era grato pasar mis fines de semana en los dormitorios de la universidad, era tedioso y aburrido, algo que de cierta forma no va conmigo. Caminaba por la solitaria calle el camino no era tan largo solo debía caminar dos cuadras y medias para llegar, luego de unos minutos me encontraba justo en la puerta de mi casa, con las llaves abrí la puerta y entre en esta dando un gran suspiro, estaba devuelta aquí y aunque una muy pequeña capa de polvo cubría las cosas está cansado como para limpiar, solo quería comer y dormir.

-Pase a mi cocina dejando las compras del día anterior en la mesa, y subí a mi recamara a cambiarme por algo mas cómodo, paso lento entré y abrí mis cortinas, era una desgracia que mi vista fuera directamente a la ventana de la casa vecina y no a un hermoso paisaje, pero que se le puede hacer, hundido en lo más recóndito de mis pensamientos no me había dado cuenta que ya me encontraba sentado sin polera sobre mi cama, y frente de mi la ventana de aquella habitación, una luz se asomaba y una chica de un adorable aspecto entraba, parecía no notar la presencia de mi mirada, está desaparecía de mi vista y dejé de tomarle importancia, solo quite mi ropa y me coloqué la otra que tenia aún lado, rato después la misma chica salió para mí sorpresa con una toalla alrededor de su pequeño cuerpo, busco una muda de ropa y wow, se dejó caer la toalla, obviamente yo asombrado mire fijamente como ponía cada prenda sobre su cuerpo, faltaba solo su camisa cuando voltea a mi dirección quién para mí mala suerte, da un saltito del susto y corre a cerrar la cortina, yo con las mejillas ardiendo de la vergüenza baje a la cocina para prepara mi cena, sin dejar de pensar en aquella chica de la cual apenas hoy me enteraba de su existencia. Ya bajando las escaleras extrañamente ahora me costaba un poco dar un paso tras otro, hice una mueca de desagrado, caminando hacia la cocina ya algo jodido de esta incomodidad revise mis pantalones y oh no, tenía la polla dura ahora entendía y una vez más ardi en sonrojo.

-Solo me dispuse a preparar mi cena y comerla, y obvio que baje esa erección que había causado esa jovencita de nombre desconocido.