Episodio 39

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Jungkook llegó a su departamento, departamento el cual compartía con su padre y madre. Pero estos habían salido del país y llevaban más de un año fuera. Su padre Estaba gravemente enfermó y Jungkook de eso no sabía nada. Pues todo este tiempo no había sabido nada de el, ni de su madre.

Estaban incomunicados.


Entró con mucho esfuerzo pues había estado bebiendo y llorando que sus ojos estaban hinchados por tantas lágrimas soltadas.


— Jimin bebé, te extraño mucho — cerró la puerta y recargo su espalda a esta y lentamente bajo hasta el piso, donde se quedó sentando viendo a la nada, mientras sus lágrimas volvían a salir — te amo bebé... AAAAH!!! — Grita y vuelve a romper en llanto, pues estaba destrozado y tenía el corazón roto —


— porque bebé, porque lo hiciste — susurra entre lágrimas — porque jugaste con mi amor, con mis sentimientos — sigue llorando mientras veía a la nada — si yo te ame y te sigo amando con todo mi ser. Jajaja es una locura pero, quiero verte, quiero tenerte entre mis brazos mientras te hago mío una y otra vez. Quiero ver tu lindo rostro todo sonrojado por lo tímido que eres — reía amargamente — ven bebé, ven jimin quiero verte. Quiero escuchar lo de tu boca decir que es mentira, que todo esto es una maldit* pesadilla, que todo es una broma y nada es real — acaso no merezco una explicación —



Jungkook seguía sufriendo en la solitaria oscuridad de su departamento.


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Por parte de Jimin, este seguía en su habitación, sentando en el piso al lado de su amplía cama.

Lloraba y se lamentaba, sin saber lo que su padre le había dicho al pelinegro, que estos momentos estaba destrozado y solo en su departamento.


— jimin cariño, soy yo, mamá — dice mientras intenta abrir la puerta el cual tenía seguro — por favor sal de esa habitación, llevas todo el día ahí. Tienes que comer, mmm cenar ya es muy tarde y no has probado bocado — había preocupada — mi pequeño algodón de azúcar. Por favor.


Jimin solo río bajo, agarro sus piernas mientras agacha la cabeza y la coloca sobre sus rodillas y vuelve a llorar por lo bajo que no se escucha, pues estaba cansado y ya no tenía fuerzas siquiera para llorar fuerte.


Todo lo que le estaba pasando era tan doloroso, es doloroso separarse de la persona que amas sin despedirte o verlo una última vez.


Jimin que era un chico alegre, y con una mirada llena de vida. Ahora, en esas condiciones nadie podría reconocerlo. Tenía el cabello desordenado, sus ojos hinchados, había perdido un poquito de peso, estaba demacrado. Pues tanto llorar y estar tan triste sin ganas de siquiera salir de la habitación le estaban pasando factura.


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Habían pasado una semanas más y ahora Jimin estaba sentado sobre su bonita silla aterciopelada mientras miraba su reflejo en el espejo. Llevaba un bonito traje color blanco el cuál le estaba perfecto, y con esa bonita carita que tiene se veía realmente hermoso. Pero había un pequeño detalle.


En su mirada no había luz, no había vida.


Una señorita y un joven se encargaban de arreglarlo para la noche de compromiso.


Pues desde hace tres semanas atrás cuando le puso la condición a su padre de aceptar comprometerse con Taehyung a cambio de que dejarán en paz la empresa de Jungkook y este acepto sin pensarlo mucho, al día siguiente por la noche, llegó Taehyung y habían acordado que pasando tres semanas celebrarían, para anunciar su compromiso.



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