1 - Curiosidad

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El patriarca había reunido a todos los futuros caballeros de oro con el fin de presentar al último que faltaba: el de Aries. Todos se maravillaron con él ya que era muy alegre, extrovertido, racional y sobre todo, tierno. Aunque quería hacer el papel de maduro siempre cautivaba a los demás niños por sus ojos, que siempre reflejaban amor a todos, aunque estuviera enojado. 

— Muy bien niños, como saben Mu será el próximo caballero de Aries, así que quiero que se comporten y no lo molesten.– Declaró mientras el pequeño borrego veia a todos con sumo entusiasmo. – Asimismo, no quiero quejas ni de él ni de ustedes ¿está claro? - Todos asintieron. — Perfecto. Pronto llegará la hora de comida, así que podrán aprovechar para presentarse con él. – Sin decir más, el peliverde se retiró, dejando jugar a los niños.

Mu fue a dar un recorrido por el santuario, comenzando por su propia casa. Ésta era enorme, muy rica en cultura griega, con estatuas y pilares blancos y hermosos. Contaba con un hermoso y grande jardín de árboles de cerezos y pasto bien podado, así como pequeñas lotos crecientes. El jardín era tan grande, que con mucho forzar la vista pudo apreciar una puerta dorada muy lejos de donde estaba. Tomó asiento en un tronco que yacía junto a un río muy hermoso, y comenzó a pensar.

— ¿Por qué el dharma habrá decidido que yo fuera un caballero dorado?, ¿cuál era la finalidad? qué misterioso es el asunto, pero todo pasa por algo..

Suspiró profundamente y siguió admirando el paisaje.

***

Cerró la puerta que conducía al jardín y salió de la casa de Aries, y fue a la siguiente. Creyó que no había nadie y decidió explorar, hasta que una voz lo asustó sobremanera.

— Hola, ¿es cierto que tienes poderes sobrenaturales? – Dijo un niño muy alto de cabello negro, de figura imponente. Se posó frente a él, y sus palabras hicieron brincar del susto al borreguito.

— ¡Ay!, creí que no había nadie.

— Ya viste que sí.. pero ahora, contesta mi pregunta.

— No te sentí, pero la respuesta es afirmativa, tengo poderes.

— No te lo creo, ¿por qué no supiste que yo estaba o lo que pensaba?

— Es.. que.. estaba un poco distraído con la vegetación de afuera y, no me puse al tanto. Pero a todo ésto, ¿cuál fue la razón para que preguntaras?

— Digamos que.. el patriarca nos contó un poco de tí antes de que te trajeran, por lo tanto sé quién eres.

— Oh, está bien...

— Pero ya fue mucha plática, ven te acompañaré en el recorrido y así te presentaré con todos los caballeros.

— Te lo agradezco, ¿pero justo ahora?

¿Por qué no? – Sonrió optimista y caminó junto al de cabello lila hacia la única casa en la que habitaban dos personas.

— ¿Quién osa a venir a mi casa sin permiso? – Preguntó áspera una voz con mucho eco.

— Nuestra, tonto. – Dijo una voz muy similar.

— Ya llegó el caballero nuevo, viene a presentarse. – Dijo el toro.

— ¿Por fin llegó Aries?

— Sí, y espera en las escaleras.

Lentamente salieron de detrás de un pilar un par de niños gemelos, de cabello azul y un poco desconfiados. Caminaron a paso lento hasta llegar a la entrada, donde vieron a un niño de cabello lila sentado analizando un pétalo de cerezo. — ¿Eres tú el niño nuevo? – Dijo el mayor de los gemelos.

Lotus 🪷 FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora