Dream Sweet

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Bye, hi
Sigh, Hawaii
We never meant to part
Sublime, thy art.
-Dream Sweet in Sea Major_Miracle Musical.

El débil eco de un sueño desapareció rápidamente a medida que despertabas. Trataste de aferrarte al recuerdo, pero resulto inútil se había ido. Sin embargo dejo una sensación agradable sobre tu pecho. Fue un buen sueño después de todo.

Incluso con la fantasía aún embriagando tu corazón, no lograste escapar de la realidad. Una realidad en dónde tu madre está muerta.

Hace una semana, un joven hombre pulcro de piel aceitunada apareció en tu puerta sin previo aviso. Se presentó como Marcus era un notario, Llevaba un maletín en la mano derecha y un portafolio en la otra.

Te pidió amablemente asilo y al dárselo sugirió que tomaras asiento. Antes de que pudieras decir cualquier cosa, él ya te estaba notificando sobre el deceso de tu madre. Una sensación incómoda se asentó en tu estómago ante la noticia. Pero fue aún más desconcertante escuchar, que figurabas en su testamento.

Apenas y sabías quién era tu madre solo que había sido buena contigo. Más allá de eso no recordabas nada de ella. Los servicios infantiles te habían llevado a la corta edad de nueve años y, después de eso no mostró interés alguno en contactarte, ni se te permitió volver a verla.

Le declaras tus preocupaciones a Marcus, quien solo asiente con suavidad. Deja aún lado tus dudas diciendo que ya lo resolverán más adelante.

Miras fijamente el techo de tu auto en el que has estado durmiendo estos últimos días, pensando en aquella conversación. Aun si quisieras, no podías rechazar tal oferta. Al parecer una de las pertenencias era una casa y después de haber vivido en hoteles, y departamentos de mala muerte durante años esto era una bendición.

Así que en un parpadeo te encontraste viajando cientos de kilómetros, a lo que solía ser tu antiguo vecindario.

Cuando finalmente llegas tus pulmones son inundados de un aroma a pino fresco. El aire es tenso, se siente demasiado ajeno. Como si no hubieras crecido ahí en absoluto.

En la lectura del testamento no hay nadie más a excepción de Marcus. Da un discurso ensayado, que es recibido por el silencio.

Finalmente llega a la repartición de vienés, esperas un sermón largo o alguna especie de disculpa por parte de tu madre. Pero solo nombra la casa diciendo:

-Quédatela y déjame en paz.

Después de aquello, piensas en la posibilidad de que ella te odiaba o por lo menos nunca se preocupó por ti. Sales a dar un respiro, cuando escuchas una conversación del otro lado de la calle.

-Por fin esa mujer ha muerto, le daba mal aspecto a la ciudad.

-Oh, siempre fue una dama de la calle en todo sentido.-responde indulgente la otra persona.

-Al menos no dejo descendencia.

Te quedas congelada por una fracción de segundo antes sentir una mano sobre tu hombro.

Dream Sweet [Wally Darling X Lector]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora