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La superficialidad es un mal impuesto por una sociedad a la que solo le importa la imagen, la estética y pocas veces el verdadero valor se las personas

Muchas veces los estándares físicos afectaban a los jóvenes más que a cualquier otro sector de la población, especialmente durante la adolescencia.

Y en un medio escolar era aún mas evidente.

Ese era el caso de la escuela donde nuestras dos protagonistas asistían.

La popularidad no lo es todo, eso debemos tenerlo claro, incluso Chisa y Hinata lo clamaban ante sus demás compañeros pero no era más que falsa modestia.

Ellas sabían que su esfuerzo en todos los aspectos podía ser recompensado con la admiración y adoración de los otros estudiantes, porque siendo honestos la popularidad tiene sus beneficios.

Siempre tenían los mejores lugares en la cafetería así como sus almuerzos estaban listos antes que nadie más, los profesores las amaban por ser chicas ejemplares, recibían un montón de cumplidos y halagos en los pasillos, eran las capitanas de sus respectivos equipos o clubes siendo estos el equipo de atletismo y teatro para Chisa y el de voleibol y dibujo para Hinata.

Esto, sumado a sus jóvenes edades les generaba un ego enorme, pero no las culpen, todos pasamos por eso en algún momento.

Ambas eran las estrellas del colegio pero siempre una tenía que brillar más que la otra, una tenía que ser la número uno mientras que la otra se tendría que resignar en la segunda posición, de ahí surge la fricción entre ambas.

Si bien el ranking de popularidad no era algo "real", para ellas era una batalla constante por el constante reconocimiento de las masas.

Cada semana era la misma historia:

Chisa rompió su propio récord en la pista de atletismo, pero Hinata anotó ocho puntos ella sola en el último partido de volei.

Hinata había hecho un cuadro increíble, pero Chisa consiguió el protagónico de la próxima obra escolar.

Chisa recibió 56 tarjetas en San Valentín, pero Hinata recibió 62.

Hinata rescato, cuidó y adoptó un gatito en vacaciones, pero Chisa comenzó su voluntariado en un refugio para perros este verano.

Y así era siempre, de ahí surge el odio.

Ante los demás todo era cordialidad y compañerismo, jamás dirían algo malo la una de la otra porque una pelea o un reclamo se podría esparcir como la pólvora y eso solo lograría arruinar a las dos.

"Chisa-chan es muy considerada, amable y divertida ¿Quien podría odiarla? Sería una locura" Decía Hinata.

"Es obvio que Hinata-chan es una gran persona, sus padres deben estar muy orgullosos" Chisa opinaba.

La única guerra entre ellas era silenciosa, discreta, eran miradas frías, acusatorias y cortantes que se lanzaban cuando nadie prestaba atención. Nunca se habían encarado directamente, no por cobardía sino porque siendo honestos nunca se hicieron algo realmente malo, sin ofensas, sin juegos sucios o malos entendidos.

No había nada.

Pero la aparente tranquilidad con la cual manejaban su batalla de popularidad se vio atacada cuando Azaya Jurin llegó a la escuela.

Una sola persona logró volver toda la atención de la escuela en ella, no basto ni una semana para que esa chica de pelo corto se robara a todos los que adoraban a Chisa o Hinata.

Ahora la guerra era de verdad y cuando un enemigo es más fuerte, las alianzas  con oponentes fuertes se convierten en una gran opción, por más detestables que fueran.

Y así es como surgió una loca idea en la cabeza de Hinata, después de darle vueltas y vueltas.

Ella y Chisa tendrían que unirse.

Ella y Chisa tendrían que unirse

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Primer fic en esta cuenta ahhh denle amor xfa

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