Capítulo 20

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El final ha empezado

Un largo combate se había vivido aquella noche. El fuego se complementaba con la tormenta que vivíamos, los truenos y el viento alocado impedían luchar bien

Corriendo como el gato y el ratón por la habitación sin tener muy claro a quien atacar. Q!Vegetta era el objetivo, pero si mataba a Q!Rubius era nuestro fin

Éramos demasiados contra uno solo, aún así logró apañarselas para ir derrotando uno a uno. Primero al más fuerte en ese momento, Q! Maximus

Después de encerrarlo en un cuadro perfecto no podría salir de allí, luego Q!Roier, su propio hijo pues no dudo en clavarle una fecha cerca del corazón. Por obvios motivos Q!Cellbit se enfado y lo dio todo, pero el demonio interpuso antes de poder hacer algo más y solo logró debilitarlo un poco con una poción

Q!Fit, Q!Phiza, Q!Etoiles, Q!Maximus, Yo, Q!Roier, Q!Cellbit. Todos caímos, uno a uno con ayuda de Q!Rubius

¿Los guardias?¿Qué pasó con ellos? Se retiraron pues querían vivir. La única salvación que había en ese momento era Q!Quackity

—Todos cayeron, es tu turno maldito —Dijo Q!Vegetta

—Lamento que esto tenga que terminar así

El golpe que recibió lo dejo contra la pared, Q!Rubius se acercó y lo tomo del cuello

—¡Entiende una cosa, ellos no te amaran más que yo!

Trataba de soltarse del agarre pero fue en vano

—Lograste cortarme el brazo, pero te perdono cariño. Estás molesto pero te amo

—I-idiota —Hablo entre dientes pegándole una patada

Logro hacer que terminara en el suelo donde se le abalanzó, lo tomo de los brazos para que no escapara aunque podría. Sus rostros estaban cerca (aunque está mal que yo lo diga)

—Vas a pagar caro por esto~ —Dijo Q!Vegetta

Con las manos ensangrentadas y la mirada clavada en el sabio, Q!Rubius lo beso.

—Te odio Doblas —Lo soltó dándole un golpe en seco justo en la nariz

Q!Rubius empezó a reír como desquiciado, se intento levantar pero al tener encima a Q!Vegetta fue imposible

—Yo también te amo

Sin rodeos tomo su espada y se la clavo en el pecho. El grito de dolor e irá se escuchó retumbar en el castillo, no contento con solo clavarlo también lo apuñaló 28 veces salpicando su traje de rojo carmesí

Dejo de moverse, dejo de gritar, dejo de respirar. La lluvia limpio rápidamente la sangre derramada

Lo había matado, mato a un mini dios

Fue en ese momento donde con la poca fuerza que me quedaban logré lanzar la flecha con mi arco. Mi puntería fue excelente porque llegó justo a dónde quería. A su cabeza

Tenerle miedo  | QSMP AU | Q! VegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora