「Prólogo」

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La capa de nubes rojas y la banda con una hoja reflejaban la enemistad que estaban destinados a tener.

Pero mientras los ojos rojos chocaban, el destino que se les imponía se mezclaba con el que sus cuerpos pedían.

En un murmullo de consuelo ambos se dijeron ''No me mires, solo tocame''.

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Sus manos temblorosas acariciaron la mejilla pálida de la chica, quien apacible se dejó llevar en los brazos rojos del joven.

Los cabellos rozaron el rostro frío y unas gotas pequeñas cayeron manchando a la muchacha.

Pero ella no se daba cuenta de lo que hacia aquel joven, no se quejaba cuando esos brazos la apretaban con tanta fuerza que le rompían los huesos, no le molestaba que su dulce rostro este siendo manchado.

Ella no sentía nada.

Ella estaba muerta.

El joven lo sabía, sabía que aferrarse a ese cuerpo no la traería de vuelta.

Era conciente de eso, de todo.

Aún cuando su alma moría de la forma más cruel, jamás había estado tan despierto.

Su único ojo se desvío del rostro de la difunta, y miro el cuerpo impasible de alguien que no parecía ser conciente de la muerte que lo rodeaba.

Finalmente había abierto los ojos, pero segado por el dolor, un único pensamiento fue lo que lo levanto.

«Matalo»

Con delicadeza dejo el cuerpo de la muchacha en el suelo y con el cuerpo temblando se levantó.

Sus pasos eran lentos, disparejos, y su mano artificial creaba un arma que pronto sería homicida.

Cuando se encontró frente al cuerpo inconsciente levantó el arma, cortando el viento cuando la bajo de forma rápida, precisa, mortal.

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「Publicado: 04/Marzo/2024」
「Palabras: 271」

「No me mires, solo tócame」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora