CANDRÉ - CamilaxAndré

Capítulo uno - Chévere

Un día nuevo a comenzado, y dentro de una casa blanca se encontraba desayunando Camila.

- ¡Cielos! Camila, ¡¿Cómo puedes ir tan despeinada al colegio?! - Exclamó su madre con un tono sorpresivo, fijándose en el peinado que Camila había hecho por sí misma. Consistía en dos trenzas que partían desde la nuca hasta abajo de la cintura, donde termina el cabello de Camila.

- A mi me gusta. - Dijo de forma seria nuestra protagonista hacia el comentario de su madre. Esta última desarmó las trenzas de la pequeña para empezar a hacerle un moño de esos hechos bolita, este estaba encima de su cabeza. - Ahora sí, anda, sal con tu papá. - Pronunció la madre, señalando a quien sería su padre.

Cómo era de costumbre, su papá y ella se dirigían a la escuela por un bus, y ambos entraban a la misma sede, secundaria.

Camila saluda al maestro y se dirige a un asiento. Voltea y se encuentra con su más reciente amigo, André.

¡Hola Camila! Estás guapísima hoy. - Dijo André sin titubear. Él era muy coqueto por naturaleza.

Hola André, gracias. - Respondió Camila.

Estás algo seria, anda, dime, ¿Qué sucede? - André preguntó, acercándose al sitio de Camila.

Nada, así soy yo, ya deberías de saberlo a este punto. - Explicó Camila, sin muchos ánimos de hablar.

Como prefieras. - Tan pronto como André dijo eso, el profesor se aproximó a la pizarra y exigió "orden", a lo que todos los alumnos del aula se levantaron de sus asientos, empezando la rutina escolar diaria.

Todo prosiguió con normalidad, los maestros explican, los alumnos escuchan, etc.

Durante todas las clases André y Camila se iban pasando notas, en las que hablaban de una forma muy... coqueta.

- Hola bebé, ¿Cómo estás?

- Normal, ¿Y qué hay de ti, guapo?

- Bien, oye, ¿Entiendes la 7?

- Con que nomás para eso me hablas, y sí, lo sé.

- Jaja, no te deprimas, también quería saber cómo estás. Bueno, ya, ¿Me dices la 7?

- Claro, verás... - Y así transcurrían las horas, hablando y hablando sobre las cosas que les interesaban.

Después de un largo pero entretenido día de clases, Camila se prepara su mochila para salir.

Jeje, Camila... - André se fue acercando hacia la mencionada, al principio Camila lo sintió un poco extraño y hasta amenazante, pero luego, André rodeó sus brazos alrededor de su cintura. - Cuando salgamos...¿Puedo acompañarte hasta la esquina?

Camila parecía anonadada, pero no rechazó el toque de su acompañante, y entonces habló. - No...No, lo siento, mi p-padre estará conmigo y...no lo sé, solo no puedes venir.

¿Pero qué problema hay? No haré nada raro, ¿Por qué tu padre no me querría allí? - André explicó con calma, aún manteniendo el agarre hacia su cintura.

Mi papá...es un poco estricto conmigo, por favor no vengas. - André quedó curioso ante el comentario de Camila, y desprendió sus manos del agarre anterior para luego pasarlas a su propio rostro, pensando.

Bien...de todas formas, mañana te veré, ¿cierto?

Así será.