Los lunes nunca han sido el día favorito de nadie. El despertador sonó, aunque Raven ya tenía los ojos abiertos desde mucho antes de que sonara. Estaba sudando sin parar, y no porque hiciera calor en el mes de octubre, se sentía algo débil. Sin mirarlo, lo apagó y se levantó para cambiarse de ropa.
Cuando salió de su habitación para dirigirse a la cocina a por su café de por las mañanas, ahí estaba su compañero Jifen. Hoy ambos tendrían turno completo.
-Vaya, -aunque no lo pareciera por su voz calmada, estaba sorprendido -te has levantado más temprano de lo habitual. -dio un sorbo a su taza.
-No he dormido muy bien -contestó mientras preparaba su café.
-Deberías dejar de beber tanto café. Yo nunca lo he bebido, me impediría cumplir mi horario de sueño. Por eso prefiero las infusiones.
-Gracias por el consejo, supongo.
Las mañanas siempre habían sido de color gris para Raven, las nubes tapaban el sol, no corría aire casi nunca, salvo el del cigarro de Raven. Ese aire era caliente, te hacía toser, era puro veneno.
-Mira, chaval, mi turno comienza en 10 minutos, tengo que estar todo lo activa posible. Aquí está el dinero, no sé cuál es el problema.
-¿Qué hace una poli comprando mierda? ¿Es esto un plan maestro? Ni siquiera te molestas en camuflarte.
-No necesito camuflarme, la mierda es para mí, no para mis superiores.
-No me fío, a saber qué harás cuando te la dé.
-Supongo que serás un novato, porque antes no me montaban este numerito. No te hagas el chulo, anda. Si quieres me la fumo en tu puta cara. -Raven cogió al chico de los hombros y lo levantó -Tengo una puta pistola en el cinturón, ¿quieres verla?
-Joder, te me relajas, tía. Dame el dinero, anda. -Raven lo soltó e hicieron el intercambio.
-Me alegra que hayas razonado. -Raven se retiró del lugar.
-¡Deberían despedirte! -gritó el chico como forma de burla mientras se alejaba. Raven se limitó a sacarle el dedo sin detenerse.
Se dirigió a su coche con un paso acelerado. Tenía que prepararlo todo para poder entrar al trabajo sin sentir ese cosquilleo por todo el cuerpo, falta de concentración. Ella eligió el camino de la justicia.
-Raven, ¿dónde estabas?
-¡Jifen! ¿No has entrado aún? -la joven se puso algo nerviosa.
-No, te estaba esperando. -la miró de arriba a abajo. -¿Te ocurre algo?
-No, es que, esto... me he olvidado algo en el coche. Entra tú, ahora voy yo.
Jifen asintió, aunque su mirada reflejaba que sabía que algo le podía pasar a su compañera.
Desesperadamente, Raven entró en el coche para comenzar a fumar su reciente compra.
-Joder -susurró mientras se deslizaba por su asiento, comenzó a reir. Esta era la sensación que a ella le gustaba. Miró la hora, salió del coche y tosió un poco de sangre, pero no le dio importancia.
-El oficial Maximus nos quiere en su oficina. -Jifen fue hacia su compañera.
-Vale, vamos. -Su tono de voz volvía a ser despreocupado y animado, y mostraba una gran sonrisa.
Ambos se dirigieron a ver a su jefe. Él no había cambiado casi nada durante estos años, solo se dejó crecer la barba.
Al entrar, no hubo ningún saludo por parte de Maximus, simplemente dejó caer una bolsita en la mesa.
ESTÁS LEYENDO
EL CLUB DE LAS MÁSCARAS FÚNEBRES 2
Mystery / ThrillerLa historia sigue, ahora todo es distinto, ya nada va a ser lo mismo.