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Se sentía triste, sentía ser un juguete, uno que ni siquiera quieren.

Los empleados de la cocina, lo consolaban, ofreciéndole postres para subirle el ánimo.

- Joven Seungmin no se ponga triste, nosotros siempre estaremos aquí para usted - la dulce voz de la ancianita lo hizo sonreír un poco.

- Gracias...

- Si quiere podemos llamar al joven Chan y que lo lleve a dar una vuelta, a usted siempre le gusta ver la ciudad por la noche - animó la señora, el asunto pensando en que debía disculparse con él - perfecto, Su ve y trae a Chan corre niño.

Seungmin sonrió por como el jovencito salió corriendo repitiendo el nombre de Bangchan.

Tomó un poco de agua y caminó a la salida para reunirse con Christopher, lo vio llegar corriendo se veía preocupado.

- Joven Seungmin, que pasó? - Seungmin hizo un movimiento de cabeza indicando que lo siga.

- Ya no me quiero casar - empezó con un sollozo lastimero.

Chris por instinto lo abrazó, una parte de el decía que estaba feliz de escucharlo y otra mencionaba lo mal que debía de sentirse.

Suspiró y pensó en quien realmente lo estaba sufriendo dejando de lado su propio sentimiento.

- Min estás seguro de eso - su corazón gritaba por qué le diga que si, que no se quería casar.

- Quiero a alguien que me ame, solo pido eso y él lo lo hace - Seungmin de separó de él y se alejó para caminar a otro lugar de la casa, Chan lo siguió entrando al garage junto al pelinegro.

- Quieres salir a dar una vuelta?

- No, llévame a la casa de mis padres.

Chan no sabía si esto realmente sería un gran problema o sería algo pasajero, si se iba, volvería?

- No lo hagas - la voz de Jan se escuchó a su espalda - Chan no te atrevas a llevarlo si lo haces estás despedido.

Seungmin frunció el ceño al escucharlo, que tan bajo quería llegar.

La situación de Chan no era miserable pero necesitaba el dinero para vivir, más que todo por él vivía en la gran casa, si lo despedían ahora no tendría donde dormir.

- No serías capaz, no juegues con su trabajo.

- Chan retirarte ahora esto es entre nosotros - Jan pasó directo con Seungmin Chris quería hacer algo pero estaba en juego su trabajo.

- No le hagas caso vámonos, no te hará nada.

- Das un paso hacia acá y te vas,estás advertido.

Bang no sabía que hacer, Jan no mentía, lo despediría sin dudarlo pero también estaba Seungmin.

A quien hacerle caso cuando es su posición económica o ayudar a su amor no correspondido.

Seungmin lloraba en su cama sin consuelo, su vida parecía haberse acabado, había llegado el día de su boda.

Sus padres le habían dicho que lo piense mejor, que las infidelidades eran normales que él era el esposo y nadie le quitaría nada, sus padres le negaron la entrada si esque no llegaba de la mano de Jan.

El por su parte trataba de llevarse bien con Seungmin pero este lo ignoraba, así como lo hizo él.

- Seungmin te traje la cena... - Jan dejó la comida en la mesa de noche y se acercó para quitarle las mantas - otra vez llorando, vamos Min no es el fin del mundo yo ya cambié no lo notas te estoy dando tu lugar el que tanto querías.

Seungmin se dió la vuelta ignorandolo.

- Mañana es nuestra boda, eso te debe poner feliz, recuerdas que de niños eso querías, se cumplió es a tu día, de la forma en la que siempre quisiste.

A veces Jan también quería decirle que mejor dejarlo ahí pero si lo dejaba Seungmin no correría con tanta suerte, no tenía a dónde ir, sus padres también habían dicho que quieran verlo casado con Seungmin ya que eran amigos, sería lo mejor.

El no lo quería pero tampoco quería dejarlo ir.

- N-no tengo hambre, vete quiero estar solo.

Suspiró y asintió, lo dejaría solo porque el también tenía que descansar.

Seungmin lo escuchó irse y se volteo a confirmarlo.

Caminó a dónde dejaron la comida y tomo el jugo, comió un poco y lo dejó.

Miró la gran caja que estaba a un costado, donde su traje de novio y sus zapatos se guardaban.

No quería hacerlo y por más que su cabeza quiso tranquilizar el momento recordando cuando eran buenos amigos, ahora no era igual.

Si se casaba era porque no tenía nada más que hacer, no tenía a nadie esperando por el.

Había quedado en l abandono cuándo sus padres lo negaron, Chan se había ido junto con el resto del personal y ahora solo eran él y Jan.

Podría escapar y vivir solo pero eso lo asustaba, siempre se había criado con muchas personas a su alrededor, no se imaginaba estando solo.

Decidió dormir, sería su última noche como alguien libre.

No sabía cómo lo haría pero ya tenía lo necesario para hacerlo, deseaba con todo su ser que funcione.

Vistió con traje negro y colocó su mascarilla, peinó sus cabellos castaños y se armó de valor para salir.

Recordaba el camino a la perfección, conocía cada rincón de aquella casa, no había forma de que lo atrapen.

Golpeó la puerta y le dieron el paso.

- Buenos días que necesita - el hombre se acababa de levantar su desaliñado atuendo y su cabello alborotado lo decía.

- Hola, si perdón por molestar tan temprano pero el joven Jan me mencionó que hoy me haga cargo de llevarlos, dijo que te tomes el día libre.

Chan ya estaba con el atuendo que se les había dado uno igual al del otro chofer, así que le creyó con facilidad.

- Oh encerio, bueno si dijo eso está bien, saldré a ver a mi familia en ese caso.

Chan asintió y caminó hasta el garage se subió al carro a esperar la hora de salida.

El alboroto que se escuchaba en la casa no era poco significaba que estaban a pocos minutos de salir.

- No dejaré que seas infeliz el resto de tu vida Min.

Oposición † CHANMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora