-¿Estas bien?

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Erik me había hecho dar un paseo super largo, lo había conocido un montón. Al parecer le encantaba leer miles de libros, le encantaba el frío y la lluvia. Se pasaba el día discutiendo con sus hermanos, menos con Duncan porque no hablaba claramente.

Y para cuando me quise dar cuenta, estaba lejos de mi casa y no podía volver andando porque se me haría tarde, cogí el teléfono para llamar a un taxi pero Erik me cogió el teléfono y como es mucho mas alto que yo no pude cogerlo.

Putos 16 centímetros de diferencia.

No intente cogerlo, el maldito era alto y se me hacía imposible.

-Erik, tengo que irme a una cena.

-No vas a ir.- Dijo el con toda su cara.

-¡¿QUÉ!? ¿POR QUÉ?- Empezó a reírse y yo me estaba poniendo nerviosa.

-Tienes una cita con Alex.- Mis ojos se abrieron y mi boca igual.- ¿Estas bien?

-¿U-una cita c-on Alex?- El me miro con el ceño fruncido.

-Con el rey si quieres. Claro que con Alex, estúpida.

-Yo a penas le conozco.- Vi a Erik caminar y dejandome atrás.- ¡Oye, espera!

-El prefiere que estés con él, que con Derek. No es una cita pero si pasaras la noche con el.- ¿Así que era eso? Entonces me negaría.

-Me niego a estar con el solo por un capricho suyo.-Me miro de reojo.

-Por mucho que te niegues el quiere estar contigo, Derek es peligroso.

-Yo lo veo un buen chico.- Miro mis manos.

-¡Ay,ay Kels! No le conoces.- Paró y se giro para mirarme.- Derek no es lo que aparenta ser.- Toca mi nariz con su dedo indice y se va, con mi móvil y dejándome sola.

Doy gracias porque aun no es de noche pero si es tarde para caminar hasta mi casa. Me senté en un banco que estaba allí. Alex era un idiota, ni si quiera me hablaba, ni eramos amigos. Se hacía el chulo y aunque desde que le vi me desordeno todos mis sentimientos es inútil estar con él esta noche, ya que Derek me estaba esperando. Sabía que el era bueno, el malo era Alex. Se apoderaba de mis sentimientos hasta de mis pensamientos y eso no podía ser. Vi como venía hacía mi, diría que no estaba guapo, pero eso seria mentir.

¡Dios, era tan guapo y tan.. sexy!

Me levanté porque pensé que me saludaría con dos besos, pero no lo hizo, solo se limito a decirme un Hola muy seco, que me irritaba. Yo le sonreí falsamente y aunque mi corazón estaba yendo a mil por hora y yo estaba nerviosa, haría lo que fuera para que no se me notase.

No dijimos nada en todo el paseo. No se a donde me llevaba pero mis pies no podían más y sin contar con el, me senté en el primer banco que pille. Él se giro y vino conmigo. Su expresión era seria, como la de Duncan.

-¿Te has cansado?- Dijo sentándose.

-Por si no lo sabes, tu hermano Erik me ha tenido dando un paseo muy largo y estoy algo cansada.- Le mire y me di cuenta que no estaba serio, pero tampoco sonreía.- Si no querías que fuera con Derek me lo podías haber dicho.

-No me harías caso. A noche te vi con el en ese bar y me daban ganas de sacarte de allí.-Dijo.- Ahora no tengo la sensación de sacarte de allí, porque estas aquí conmigo y no con el.- No entendía porque el quería pasar la noche conmigo.

Porque estaba claro que no le iba hacer caso.

Suspire. ¿Por qué desordenaba mis sentimientos? ¿Por qué me hacía sentir pequeña? No era justo esto que me hace sentir. El se levanto y yo le imite. Me miro y me di cuenta que era mas bajito que su hermano Erik, solo me sacaba 6 centímetros de diferencia, igual me sentía pequeña a su lado. Me distraje tanto que no me di cuenta de que Alex, el propio Alex me estaba sonriendo. Vi sus maravillosos dientes y diría que su sonrisa era perfecta, diría no, lo digo.

-¿Qué pasa?- Preguntó.

-Nada. Vamos, queda poco para que lleguemos.- Solo asentí con la cabeza.


Le seguí, pero no quedaba poco o al menos para mi.

Para el si que quedaba poco, pero poco para matarlo.

Me pare y me senté en el suelo. ¿Él no tenía pulmones? Dios, estaba agotada.

-Quédate aquí. Voy a por el coche.- Le vi alejarse y entendí que me quería llevar a su coche para ir a otro lugar.

Yo me quede ahí. Ya era de noche y este pueblo era demasiado miedoso como para que yo ande sola aquí, pero preferí quedarme aquí que irme detrás de Alex y perderme.

Vi a un chico acercarse en la oscuridad, por un momento pensé que era Alex pero venía en otra dirección. Seguía sin ver quien era, estaba todo muy oscuro.

Sería un buen momento para tener una visión de esas que puedes ver en la maldita oscuridad.

En seguida vi quien era.¡ERA HARRY! ¿Qué hacía el aquí? Empece a tener miedo, pero no pude reaccionar, mi cuerpo estaba inmóvil. No sabía que me pasaba, juro que quería salir corriendo de allí, pero mi cuerpo reaccionaba de forma distinta. Temía que Harry estuviera contratado para uno de mis padres, y que me llevaría al orfanato. ¡No quería! Mis lágrimas caían por mi cara, y la cara de Harry no podía verla. Me pego un puñetazo y quede en el suelo, sin reacción. Solo pude escuchar su voz, su voz gritando mi nombre y después de eso, todo se volvió muy negro.

(...)

Me levante agitada. ¿Todo era un sueño? No. Realmente me dolía la cabeza y estaba en una habitación muy distinta a la mía. Era de color negra y todo era negro menos algunas estanterías. ¿Estaba en el orfanato? No, todo esta muy limpio.

La puerta se abrió y me temí lo peor pero me alivie y sonreí al ver a Alex. ¿Estaba en su habitación? No eso no podía ser.

-¿Estas bien?- Pregunto el.

-Solo me duele un poco la cabeza.¿Donde estoy?- Le sonreí.

-En mi casa. Harry te pego un puñetazo y también una patada en la barriga. Mi padre es medico y te miro a noche.- Se acerca.- Y estas tumbada en mi cama, has dormido toda la noche, dormilona.- Le había salido una sonrisa pícara. Tenía una sonrisa bonita de verdad.- Quédate aquí, voy a llamar a Steve.- Y me deja sola.

Yo suspiro sin comprender nada. Su cama era realmente cómoda. Imagine que Steve era su padre, y me quede allí esperando. Mire al mi al rededor y todo era muy siniestro. Su cuarto daba algo de miedo. Pensé con claridad y me di cuenta que estaba en su cama. Estaba en el sitio donde el dormía cada noche. Mi corazón empezó a latir con demasiada fuerza y rapidez. Casi no podía controlarlo. Mire a la ventana y vi a Duncan mirarme. La ventana de Alex daba al tejado y se podía ver lo que había en el y ahora mismo estaba Duncan ahí. Se dio cuenta que lo miraba y salto del tejado. Abrí los ojos. ¿Se ha tirado? Eso parece. ¿Y si ha muerto? Dios, no puede ser.

No me di cuenta de que Alex estaba mirándome pero yo me quede allí, sin comprender nada y mis ojos se cerraron. Oí mi nombre pero no reaccione.


Silver Minds.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora