SCREAM FOR ME | DRACO MALFOY

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D A V I N A

Me miro en el espejo del baño compartido. Cada pasillo tiene un baño grande que tienen que compartir con todas las chicas del piso y tiene que ser algo peor. Me duché esta mañana escuchando la conversación de dos chicas sobre cómo no han tenido relaciones sexuales en dos semanas y están "perdiendo la cabeza". No tenían vergüenza y sinceramente, bien por ellos, pero no quería estar escuchándolo a las siete de la mañana.

Ahora estoy vestida con mi nuevo uniforme. Es un uniforme básico: una falda negra, una camisa blanca con botones, una corbata negra y una chaqueta negra con el logo de Hogwarts. Mi collar de cruz de plata se asoma por la parte superior de mi camisa. Lo dejé suelto, me enrollé la falda unos centímetros y me puse mis botas negras con cordones y un par de calcetines blancos.

Para ser justos, no tengo un aspecto terrible, como el de una chica rebelde de un internado a la que le gusta gastar el dinero de su padre en drogas, vino tinto y bonitos vestidos de noche.

Mi cabello todavía está ligeramente húmedo porque creo que me tomaría tres horas secarlo con los secadores de mierda que nos proporcionan. Entonces mi cabello cae en rizos sueltos y húmedos que caen por mi espalda. Finalmente, me apliqué un poco de rímel y terminé el día.

Nunca me he maquillado mucho, supongo que nunca me he sentido fea. Me gusta mi largo cabello negro, mis brillantes ojos azules y las largas pestañas oscuras con las que fui bendecida. Me encantan mis pecas y la forma en que mi nariz se hunde en un lindo botoncito, encuentro que me hace parecer inocente y no como la chica mala que aparentemente soy. Mis labios hacen pucheros y los pómulos están altos.

Mi cuerpo sin embargo no es algo que me haya gustado, no entraré en detalles pero desearía tener más curvas o pechos más grandes o simplemente ser tan esquelético. Hace que las crueles palabras que me llamaron esas animadoras sean reales. Veo sus palabras por todo mi cuerpo.

—¿Estás lista?.—Miré detrás de mi hombro a través del reflejo del espejo y vi a Pansy apoyada contra una pared.

—Sí.—le dije mientras me giraba y la miraba.

Ella sonrió.—Hiciste que el uniforme pareciera atractivo.

Caminé hacia ella, una pierna delante de la otra, sonreí.—Estamos usando exactamente lo mismo.

Su mirada se oscureció levemente, traviesa y hermosa.—Entonces debes ser tú.

Levanté una ceja.—¿Estás coqueteando conmigo, Pansy?.

Antes de que pudiera decir algo, se alejó de mí y comenzó a caminar por el pasillo, la seguí a su lado.—Primero tenemos inglés y definitivamente no queremos llegar tarde a la lección de Snape.

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Sentarse de nuevo en un salón de clases se siente extraño. Siento que no debería estar aquí y lo que lo hace mucho más extraño es que hay estudiantes de todas las edades. De catorce a veinte años aproximadamente. Me recosté en mi silla, con los brazos cruzados mientras contemplaba el gran salón de clases. Pansy está sentada a mi lado en el escritorio de dos asientos, en la esquina trasera.

Hay cuatro filas de escritorios, todos de dos asientos y en cada fila hay aproximadamente siete escritorios. Y nuevamente, todos los muebles oscuros están decorados como si fuera un salón de clases victoriano. Incluso tiene una puta pizarra.

No me presentaron la clase cuando entré y me alegré por ello. Todos me miraron y estoy seguro de que tenían mucho que decir, pero estoy acostumbrada a que la gente hable a mis espaldas. Que hablen, que tengan mi nombre en la boca. Sólo tendremos un problema si son lo suficientemente valientes para decírmelo a la cara.