Me resigne a no poder dormir porque no paraba de verlo en mis sueños.
Eran las 6:27, me pare de la cama y abrí mi mochila para enviar la información a… —Mierda —No le pregunté cuál era su nombre.
Tome las fotografías con mi teléfono y guarde el número con dos símbolos al azar. Escribí: “Hola, soy Harold, aquí está lo de inglés”. Luego envié todas las imágenes, pero no le llegaron, al parecer no tenía Internet o algo así.
Baje las escaleras hasta la cocina donde mi mamá me dejo el desayuno preparado, ella y mi papá ya se habían ido a trabajar y mis hermanas todavía no se habían levantado.
Empecé a comer y llego una notificación a mi celular, era el.
—“Gracias, buena onda” —fue lo único que respondió.
—“¿Cómo te llamas? Para guardarte de contacto” —Pregunte.
—“Byron”
Cerré el chat y continúe desayunando, —Creo —Porque solo estaba jugueteando la comida dentro del plato.
—Byron… —Susurré —Byron…
Dieron las 9 y seguía en la mesa jugando con la comida, ya fría.
Volví en si y me fui a mi cuarto.
Quise jugar con mi celular un rato pero no conseguía concentrarme y perdía empezando las partidas. Decidí quedarme acostado sin hacer nada pero solo pensaba en lo lindo de su nombre.
—Byron…
༄
—¡Que onda! —Saludo alguien detrás de mi mientras iba hacia mi salón.
Gire el rostro para devolver el saludo. Era mi amigo Edwin.
Chocamos los puños y caminamos juntos hasta el salón, hablamos de cosas normales y trascurrió el día con normalidad.
Guardaba mis cosas para salir al recreo cuando lo vi pasar frente a mi salón. Lo vi con cara de idiota embobado.
—Invítame un agua —Dijo Edwin tomándome por el hombro haciéndome salir de mi letargo.
—Va, pero mañana me invitas vos.
༄
Dos días después…
En mi colegio somos pocos alumnos por lo que rápidamente me hice amigo del hermano y primo de él, pero nunca me he atrevido a hablarle a él, lo haría pero… Esta en otra clase… Pero son solo excusas, lo se.
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El Amor Sin Reglas
RomanceHarold era un adolescente común que nunca en su vida había pensado en enamorarse y menos de alguien de su mismo género. Hasta que un día encontró a Byron, un joven un año mayor pero con mirada cautivadora. Pero también estaba Adrián, un viejo amigo...