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Cuando llego, nadie estaba esperándome, ni siquiera los afuera nada, solo el mayor domo, indicándome dónde tengo que ir, lo cual todo estaba fuera de lugar, había que limpiar, mí gente se bajó y automáticamente comenzó a limpiar, lo cual decidí ayudar, el mayor domo se sorprendió, le dije que podía retirarse.
Me pongo cómoda, y comienzo a limpiar mí habitación, yo decidí hacerlo así ellos limpian la suya, fue un viaje largo el cual hay que descansar, mientras lo hago el señor me manda a llamar, el gran duque Montecristo.
Voy hacia su castillo, estaban todos, los hijos y los sirvientes.
Estoy como puedo, y ellos me miran sorprendidos.

-Henry: perdón la tardanza, pero te damos la bienvenida!-todos se inclinan.
-gracias gran duque!
-Henry: ellos son mis hijos, Francisco, Walter, Calíope y Rubí.

Mis ojos se sorprendieron, y ella llevaba el rubí que le regale a su madre en ese entonces, no podía creerlo.
Me acerque a ella, con una sonrisa y todos me miraron.

-cuando, tu estabas en el vientre de tu madre le dije que serías una niña! Y me alegra mucho, que te pusiera el rubí! Eres hermosa!

Ella solo sonríe, y hace algo que me sorprende, me da un pequeño beso.
Todos me miran sorprendidos, y el más, paso a su despacho pero antes de hacerlo digo unas palabras.

-no vine aquí a ocupar el lugar de su madre, porque no quiero serlo, si podemos ser amigos! Mí nombre es Bella!

Ellos, me miran más tranquilos, y sonríen.

El se sienta, no me hace sentar a mí, lo cual no me sorprende, pero yo lo hago.
Esto será una larga charla al parecer.

UN DUELO POR TU AMOR!...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora