PIANO

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Tomaban vuelo. Asi sonaron, tomando vuelo. Y se empezaron a elevar. Suaves. Planeaban, daban la vuelta, volvian a planear. No era una tonada comun, nada que se pueda repetir, tararear. Los sonidos volaban, revoloteaban por toda la cuadra, como si un mundo de mariposas hubieran migrado a nuestro callejón. Ya se detenian en el arbol, ya en la ventana de don enrique, ya en el hombro de tomas. Ibamos a meter a juntinita pero en eso vemos pasar a don enrique serca de la ventana nos asustamos asiendonos caer y nos quedamos ahi tirados adoloridos por la caida.

Despues de un rato, quien sabe si largo o corto, echados en el piso, y algo nos iba pasando en el pecho, en la garganta. El primero en echarse a llorar fue tomas. Se hizo el que tenia picazón en los ojos y se limpio con la manga de su playera. Pero al minuto todos llorabamos como cascada. Justinita se plegó hasta el fondo de su casa de vidrio y escondió la cabeza en el centro de su cuerpo enroscado.


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Para entonces, el sol ya habia caminado un buen rato y nos daba con fuerza, pero no nos importaba. No estabamos ahí, si no en un paisaje raro. Y las notas, ahora, eran las del silencio.

Cuando nos despertamos, el chico nuevo estaba sentado en la banqueta, acariciando a justinita.

Lo vimos con algo de susto. Ninguno pensaba ya en el como el puto?. Nos lo dijimos después, que ya no nos atreviamos a nombrarlo con ese apodo ni con ningún otro.

El chico nuevo estaba agachado sobre justinita. Su pelo lacio resbalaba y le escondia la cara, pero alcanzamos a oir que le susurraba cosas a la viborilla. Ésta se enroscaba mimosa en su muñeca, tal y como si fuera una pulsera, una pulsera muy extraña que de vez en cuando soltaba un timido lengüetazo. Nosotros no sabiamos qué hacer. Ya no queriamos cumplir el pacto, pero tampoco queriamos no cumplirlo. Una pandilla que deja de cumplir un pacto esta perdida. Una cosa es que fracase y otra muy distinta que olvide que hizo un juramento con palabras secretas y todo la cosa.

La Operacion justinita había fracasado. Eso era cierto. Pero no por nosotros. Eso tambien estaba claro. Pero aparte de esas claridades, todo lo demas era confusión. Ivan no hacia lo que era de esperarse en un chico recien llegado al callejon, sino cosas fuera de serie.

LA BIENVENIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora