Capítulo Uno

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El paso de los años era algo que no se podía detener, el tiempo no perdonaba ni al más rápido de los vivos. De la mano del destino, traía tantas cosas a la vida de cada quien. Era algo imposible no cambiar a medida que, el reloj de arena de la vida se vaciaba. Un tintineo constante de arena, que se iba por aquella fina unión de esferas. La caída perfecta de la piedrilla, acumuladas a la perfección.

Una connotación en la que Sunghoon solía pensar a menudo, cada que veía aquel reloj de arena que conservaba en su cuarto. Sunghoon había estado viendo aquel viejo regalo, ya por un largo periodo de tiempo. Era una excusa barata para no levantarse de donde estaba, deseaba al menos un día de su vida poder dormir después de las seis. Como lo hacían las personas normales, a las que les pertenecía su propia vida. Esas que de vez en cuando, querían pasarse un poco más en los brazos de Morfeo.

Eso de seguir durmiendo hasta tarde no se lo podía permitir, no cuando tenía que ser el chico perfección día tras día. Que su madre no se enterase que se tomara el atrevimiento de dormir de mas, o se ganaría una mirada de total decepción. De la mujer que más admiraba y también respetaba en la vida. Sunghoon enfoco su mirada hacia las letras grabadas en el reloj de arena, el nombre de su madre grabado en esta.

_Para mi niño arcoíris, que no podría ser más perfecto. Con mucho cariño, de tu madre Seo Yeji. _ Sunghoon respiro profundamente.

Leer aquella dedicatoria siempre le traía un ardor en el pecho, uno que le hacía sentirse responsable de la felicidad de aquella mujer como madre. Siendo Sunghoon su único hijo, después de muchos intentos por serlo. Sunghoon paso su mano a lo largo de su rostro y luego se arremolino su cabellera castaña. Dando vueltas por la cama, logrando liberarse de las sabanas que lo cubrían.

Sunghoon se dispuso a levantarse de un solo, para luego revisar que tanto le podían crujir los huesos. Una mala costumbre de su parte talvez, aún quedaban secuelas de su sueño frustrado de ser deportista. Un sorbo de agua reposada de quien sabe que día, pero que lucía apetitosa en aquel vaso de vidrio. Sunghoon sintió que el alma le volvía al cuerpo. Un baño de agua tibia le vendría bien después de eso, también anhelaba un expreso.

_Park Sunghoon. _ Una melodiosa voz canturreo.

Sunghoon escucho la voz de su madre, luego de un par de golpes a su puerta. Se apresuró a entreabrir la puerta, para luego darle una miradilla a su madre. Esta lo miro con desaprobación, ya que este todavía no se había dignado a tomar el clásico baño tibio de todas las mañanas.

_Madre... _Sunghoon hablo bajito.

Sunghoon observo a su madre, esta respondía al nombre de Seo Yeji. La mujer había cambiado su apellido ya hace un tiempo, pero Sunghoon le gustaba recordarla con su apellido de soltera. Es que está aún conservaba el brillo de la juventud en su rostro, la mujer se había casado bastante joven. El tiempo había pasado de todos modos, pero nada que un par de procedimientos estéticos no arreglase.

_Apresúrate a arreglarte antes de que se haga tarde, sabes que siempre desayunamos a las siete en punto. Hoy es un evento importante para todos, mucho más para ti. Recuerda que eres el elogiado, todo el mundo va a querer felicitarte. _

La mujer hablo con una ilusión enorme, sus ojos tintineando por sobre aquel maquillaje sereno. Sunghoon aseguraba que este no le hacía justicia, a esos ojos tan bonitos que ella portaba. Sunghoon no se cansaba de verla hablar, mirar cada detalle de su rostro. Sintiéndose orgulloso de ese pequeño lunar en la nariz, que ambos compartían.

_Lo sé. _ Sunghoon musito.

_Tal parece que no es así, porque no te has molestado siquiera. _

Ye Ji recrimino de inmediato, estando ya un poco desesperada. Su hijo no tenía ni la menor de las motivaciones, para asistir a su propio homenaje. Yeji trataba de entenderlo en su crisis de los veintes, pero suponía que ya era demasiada crisis, si iba por la mitad de estos. Sunghoon tenía que brillar más que nadie y ella se encargaría de que ese brillo jamás se disipase. Era su perfecto hijo después de todo y no permitiría que nada cambiase eso.

Foreshadowing Fate || JakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora