No Me Olvides #PGP2024

🍁3. Robaste sus sentimientos🍁

Woo Bin se llevó a Yi Jeong fuera de la vista de Ga Eul para intentar explicarle la situación, antes de que pudiera causarles problemas. Aunque ambos eran mejores amigos, a ninguno le agradaría lo que estaba por suceder.

—De acuerdo, entonces haré que me vuelva a recordar —aseguró Yi Jeong.

Luego de hablar con el doctor que atendió a Ga Eul, se dispuso a interrumpir en su habitación para decirle quien era. En el peor de los casos tenía una loca idea de cómo forzar la memoria para que ella lo recordará.

—No hagas una locura —lo detuvo Woo Bin cerrando la puerta y sacando su amigo antes de que ingresara.

—¡Sal de mi camino! —le reclamó aún conteniendo su ira.

—No lo haré, sé lo que estás pensando, pero ponerte en riesgo para forzar un recuerdo no ayudará. Esta no es la misma situación que afrontaron Jandi y Jun Pyo —le aseguró Woo Bin alejándolo aún más de la habitación.

En el pasado Jun Pyo perdió la memoria en un accidente similar al de Ga Eul, en esa ocasión Jandi se tiró a la piscina sabiendo que no podría nadar por su cuenta, para que Jun Pyo la recordara y le salvará la vida. Fue una pésima decisión ella lo admitió más tarde en una conversación casual el día de su boda, Jun Pyo también se enojó con ella el mismo día en que ocurrió todo, pero de alguna forma ambos estaban satisfechos con los resultados. Sin embargo esta no era ni de cerca la misma situación, Jun Pyo jamás reemplazo vivamente el recuerdo de Jandi como Ga Eul lo había hecho con Yi Jeong.

—Te ayudaré, en todo lo que pueda. Haré que te recuerde, pero no de está forma —alegó pidiéndole que se calmara—. No crees que ya le has causado suficientes problemas. Quiero decir Ga Eul a tenido suficiente, considera su estado y piensa que es lo mejor para ella —añadió esperando convencerlo.

—Bien, tu ganas, pero no dejaré que la confundas más. No creas que están en una relación cuando solo robaste sus sentimientos —le advirtió Yi Jeong con los puños cerrados y la respiración acelerada por la ira.

—Lo sé, me dio su amor pero era para ti —susurró lo que estaba pensando.

—¡Que bueno que lo sepas! —le recalcó antes de irse.

Yi Jeong salió del hospital sin poder ver a Ga Eul, la culpa le golpeaba el pecho persistentemente. En su camino al hospital había pensado en como disculparse, en las palabras correctas que usaría y sobre todo en la forma de agradecerle por haber sobrevivido al accidente. Ahora todo eso le parecía absurdo, que idiota se sentía al pensar que se merecía su perdón tan fácilmente. No lo merecía cuando la había lastimado tanto, cada pelea y cada palabra que dijo por enojo contra ella ahora le cobraba un precio.

Aun cuando Ga Eul lo recordará, de seguro terminaría con él. ¿A quién iba a engañar? Yi Jeong sabía que no había sido un novio ejemplar. No era de esos que daban explicaciones solo porque su novia sobre piensa demasiado la situación, no, él no lo haría aunque eso significará verla feliz, le parecía absurdo. Él deseaba la confianza de su amada, pero ni él mismo se tenía la confianza necesaria para anteponer lo que Ga Eul sentía a sus propios sentimientos.

Ya en casa Yi Jeong pensó que aquello se había convertido en una bendición. Ga Eul había perdido todo recuerdo sobre él y su amor pertenecía a Woo Bin, pero ¿Qué tan malo era eso? Si piensa que Woo Bin es él, apuesto que Ga Eul odia a ese mujeriego qué le daba dolores de cabeza cada fin de semana por encontrarlo junto a una chica nueva que se le acercaba sin que él hiciera nada especial.

“Seré mejor que él” —se dijo a sí mismo después de meditarlo en sus pensamientos.

Para Yi Jeong no era una mala idea volver a conquistar a Ga Eul desde cero. ¡Qué importa si no lo recuerda! ¿Acaso eso no significa que también olvido las peleas? O mejor dicho piensa que esas peleas las tuvo con Woo Bin. Eso le daba una oportunidad a Yi Jeong para cambiar por completo. Si Woo Bin estaba dispuesto a ayudarle como le había dicho en el hospital, era seguro que no se opondría a tomar el lugar de Yi Jeong no solo en las buenas memorias sino también en los pésimos recuerdos de la pareja. Así es como Yi Jeong empezó a tramar su plan para convertirse en el novio perfecto. Aquel que Ga Eul tanto deseaba y merecía tener, al menos eso pensaba él, que no estaba dispuesto a perderla.

Woo Bin

Mentir tiene un precio y creo que mi mentira costará más que mantener la membresía de mi tarjeta negra, pero no importa si puedo proteger a quien amo con mis mentiras.

Decirle a Yi Jeong que lo ayudaría con Ga Eul fue solo un señuelo. Ya lo había decidido desde que ella hizo esa llamada pidiéndome verla cuando antes. Esta dispuesto a dejarlo todo e irme a cualquier parte que ella quisiera, eso es de idiotas, lo sé, Ga Eul solo quería hablar. Ella solo necesitaba de un amigo que la escuchará sin juzgarla, pero yo estaba ahí como un imbécil pensando en escapar con la exnovia de mi mejor amigo y viajar por el mundo a su lado.

¡Qué importaba si solo me veía como un amigo! ¡Qué importaba lo que pensaran los demás! Yo solo quería escapar del mundo y tener su compañía. De cierto modo no me importa donde estuviera su corazón mientras pudiera sostener su mano. Es un pensamiento egoísta lo sé, pero no había nada que pudiera hacer para olvidarla.

Ga Eul solo necesitaba descansar, alejarse del tipo que le hace daño una y otra vez sin control, pero yo ni podía hacer nada para evitarlo. Al menos no hasta aquel accidente. Cuando quedé paralizado al escuchar las sirenas de ambulancia, la forma en la mi alma descendió hasta mis pies al verla lastimada, jamás olvidaría que él era responsable de todo aquello. Quizá no tuvo que ver directamente con el accidente, pero yo estaba seguro que Yi Jeong estaba involucrado en ello. Tiene la culpa, no salir de los pensamientos de Ga Eul. Yi Jeong es culpable por estar en la mirada de Ga Eul más tiempo que nadie, es culpable por envenenar su alma enlazándola a la suya, es culpable por robar el corazón de una persona que no merece ser suya.

—¡Qué equivocado estás Yi Jeong! Yo no fue el único que robó los sentimientos de alguien más aquí —susurro en la ventana del hospital porque necesitaba decirlo en voz alta.

No importa si nadie escucha, esas palabras solo van destinadas al viento frío de la madrugada en Seúl.

—Al menos yo me aseguraré de ser mejor que tú. Jamás pasaré por alto sus sentimientos ni los destrozare igual que tú —prometo al viento y al rostro dormido de mi prometida.

Darán a Ga Eul de alta en una pocas horas y cuando suceda no pienso decirle a mi ex mejor amigo a donde nos dirigiremos. Quizá sea mejor así, seré un buen reemplazó, ese sería un nuevo grado de estupidez alzada en mi propia escala. Al final lo único que deseo es verla feliz, la felicidad que reflejen sus ojos en adelante será solo mía y ser un remplazó es un precio muy bajo a comparación de la recompensa.