⃝⃕Úɴɪᴄᴏ

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Kim lanzó una mirada de odio una vez caminó por las calles de New York y se topó con el primer y más horrendo anuncio en una de las pantallas más grandes de la plaza de Times Square. Su día no podía ir peor al tener que caminar gracias a la falla en su auto, detestaba la idea de pasarse entre la gente, sobre todo entre la gran masa de lobos alfa que se creían superiores o le regalaban una sonrisa a la vez que un acto caballeroso. Todos esos tipos podían meterse sus actos de generosidad por el culo, ya tenía suficiente con tener a los tipos sobre la punta de la economía, gobierno y mercado, como para tenerles encima suyo con su terrible prepotencia susurrando a su cuello.

Su día a día pueden ser considerados como una pesadilla para los sujetos que no comprenden su estilo de vida.
Para él es la mejor forma de volverse el número uno en las industrias que se ven invadidas por la toma de altos cargos a base de alfas. Sabe que los betas son incluso más poderosos que los propios omegas, pero no tanto como los alfas. Es su actual época la cantidad de omegas disminuye a la vez que los alfas se multiplican entre ellos. Una completa mierda si se lo permiten decir.

Sabe que no puede tomar días de descanso, que debe de halagar y ser extremadamente singular y tentador
ante los demás, sobre todo los alfas que se ven deseosos de ser parte de sus negocios, sólo de esa forma aceptarán los tratos sin
sentirse atacados e inferiores.

Taehyung sabe manejar su negocio, es lo único que le queda en su vida y lo más preciado.

Sus padres murieron cuando el apenas cumplía la edad suficiente para hacerse cargo de la empresa, tuvo que estudiar y trabajar al mismo tiempo, volverse invencible y someter a los alfas de su junta directiva
para no ser desplazado. Un omega frente a una empresa puede correr muchos riesgos, es por ello que
Taehyung siempre carga con algún supresor para su defensa, los días donde su celo es un estorbo, debe
dejar a su único aliado a cargo.
Aveces odiaba ser omega, otras veces recordaba que era una ventaja de negocios. Estaba destronando a
más de una empresa, así que ser omega no era tan malo como muchos pintaban, sólo debían de saber
manejar la situación.

"Presidente Kim" Saludó la omega de recepción, el azulado le dio una pequeña sonrisa que dejó estática a
la chica. Podría ser un omega, pero mucha veces Taehyung actuaba como un alfa, dejando que su oscura
y poderosa aura dejase a todos doblegados.

Taehyung sonrió por fin orgulloso cuando las puertas del elevador se cerraron, estaba conforme al ver el
temor de sus empleados. Cuando llegó al piso de la presidencia se encontró con la gran imagen de varios
de los empleados corriendo y moviéndose ordenadamente para saludarle, el primero en llegar fue su mano derecha, Liu Yang Yang.

"¿Qué es todo este caos?" Empezó por quejarse, dejando en claro que no le agradaba ver a los empleados
moverse de un lado a otro como si existiera un caos en la bolsa de valores. No eran una granja donde podían correr como gallinas sin cabeza.

"Están así porque llegas dos horas antes de lo esperado" Yang le extendió una carpeta, donde contenía
todas y cada una de las actividades de la empresa.

Taehyung la tomó, negando. "Sólo demuestran lo incompetentes que se vuelven cuando estás tú a cargo"

"Pero si ya he despedido a cinco personas en esta mañana"

"Pues que alegría" Masculló. "Ahora no sólo debo de buscar un asistente competente, sino a más personal
que no se crea cabra corriendo desbocada por las praderas"

El beta negó bufando. "Primero me regañas por no ser recto y ahora me dices que es un problema el
contratar más gente"

"No digo eso, sólo trato de decir que sí esos sujetos que creíamos competentes no lo eran, nadie más
logrará su nivel" Kim gruñó, haciendo que uno de los empleados que pasaba a su lado diera un brinco del
susto, no evitó reírse del pobre omega que se había ido llorando de miedo. "Creo que en realidad nadie es
competente en este lugar"

ɴᴏ   ⃟κοοκνDonde viven las historias. Descúbrelo ahora