Desde abajo se podían escuchar claramente los gritos de la gente, tan desgarradores. Del techo caían pequeñas rocas afiladas que cortaban su piel de una forma breve. El túnel subterráneo era muy estrecho, y solo entraba poca luz, ya que este había sido creado únicamente como una ruta de escape en casos de emergencia. Cada vez que la caía una roca, ella no sentía nada, la adrenalina la hacía correr sin detenerse, sin mirar atrás. A su lado corría su amigo, velozmente, No podía distinguir claramente su rostro, pero ella sabía que era él. Aun con tan poca luz, se podía distinguir fácilmente la rubia cabellera del muchacho, y podía escuchar su voz hablándole para tranquilizarla. Sin previo aviso, un mareo le recorrió la cabeza, impidiéndole continuar. Se detuvo, dejándose caer, y se arrodillo, apretándose con toda su fuerza la panza.
Entonces, en menos de un segundo, él se encontraba a su lado. Un pequeño rayo de luz le permitió ver sus dos ojos, color azul claro, mirándola fijamente. Su respiración era acelerada, se escuchaba como si algo no le permitiera respirar. Tomaba bocanadas de aire muy fuertes. Al cabo de unos segundos, se tranquilizó y hablo.
-¿Te sientes bien?...¿Pasa algo?.
-No, simplemente tengo nauseas...y eso es normal.
-Toma mi mano...déjame ayudarte.
Con mucha dificultad se puso de pie con la ayuda de su mismo peso, rechazando por completo la mano de su amigo.
Ya cuando se sostenía de pie, dio un paso al frente y empezó a temblar. Sus piernas no le respondieron adecuadamente. Pronto, ella se hallaba en los brazos de él. Su piel era cálida y suave, a pesar de tantas cicatrices y toda la sangre que manchaba su piel. Por más que lo intentaba ignorar, no lograba dejar de gozar ese maravilloso y mágico momento, ya que probablemente, sería el último. Por alguna extraña razón, cada momento que pasaba con él era mágico, y único.
A lo lejos se escucharon gritos, y unos pasos que se acercaban rápidamente. Su corazón le dio un vuelco, pero trato de sonar calmada al momento de hablar.
-No lo lograremos los dos....- Dijo ella, jadeando por aire. A pesar de sonar calmada, sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas. Y por más que intentara reprimirlas, sus labios temblaban más y más, y las lagrimas no dejaban de asomarse.
-Tú tienes que hacerlo...de lo contrario van a morir.- Dijo él, acariciándole suavemente la mejilla derecha, en la cual tenía una cortada. Lo mataba el verla en ese estado, todo su rostro cubierto de tierra, sangre, y algunas cortadas. Pero aún más, con esos hermosos ojos verdes llenos de lagrimas. El también se esforzaba por no ceder ante sus propias emociones. Lo que menos necesitaba en esos momentos era ser débil.
-No!.- Gritó, a la vez que empujaba violentamente al joven. Su ira la dominó.- no los dejare aquí...son lo único que me queda...¡son mi familia!.
-Piensa en tu salud...¡Piensa en la salud de ambas!.
-¿Cómo vamos a vivir sin ti?...¡No puedo hacerlo sola!...yo no...
-No digas eso, tu eres capaz de hacer eso y mucho más! las están buscando a las dos, a mí solo me tendrán como prisionero...y cuando tenga la oportunidad de escapar iré a buscarlas.- Él le agarro con las dos manos su rostro, por los costados,cubiertas de sangre y mugre, pero a ella no le importaba. Acerco sus labios al rostro de la muchacha, violentamente, y la beso, pensando en que nunca la iba a volver a ver, que nunca podrían volver a tener la oportunidad de vivir juntos, de amarse. Pero se separó al instante.
Ella se quedó atónita, no sabía qué hacer en ese instante, si golpearlo, o volver a besarle. No, no debía pensar en esas cosas, ahora no era el momento. Si pensaba más, sería más difícil alejarse.
-Nunca te rindas, se fuerte...y por favor, nunca olvides que te amo.- Le dijo el joven, separándole de su pecho, de una manera algo agresiva, pero dolida.- ¡Ahora corre!...¡Se están acercando!
-Pero...Yo...
-¡¡¡CORRE!!!
Ella empezó a correr con todas la fuerzas que tenía. El túnel se la hacía cada vez más y más largo. Paso a paso, se alejaba cada vez más de él, hasta que no vio nada. Se escuchó un grito agudo. No pudo mirar atras, tenía miedo de ver lo que ocasiono ese agudo grito, siguió corriendo, y a unos cuantos metros de distancia vio una luz pequeña al fondo, que cada vez se hacía más y más grande. Se estaba quedando sin respiración, y las lagrimas hacían que su vista fuera borrosa. Tropezó varias veces, pero no se detenía. Llego a un punto en el que esa pequeña luz se volvió más grande que ella misma...y la segaba por completo, si abría los ojos sentía que le iban a estallar. Cerró con todas las fuerzas los ojos, y paso a través de ella como si fuera a derrumbar una pared.
No sintió nada, solamente una brisa de aire fresco que acaricio su rostro, suavemente.
A continuación, se vio situada en medio de un bosque, lleno de vida, verde. Cuando el aire pasaba por las hojas de los árboles, se escuchaba como una sinfonía. Las aves cantando, las abejas zumbando de flor en flor, era un cuadro espectacular. Sintió un profundo alivio al estar a salvo, pero luego la invadió la desesperación y la preocupación. Se dio la vuelta para ver de dónde había salido y como llego a ese lugar...pero no vio nada, el portal se había cerrado. Ya no se escuchaban ni gritos, ni pasos, nada. Se recostó sobre el suave pasto, alto y muy verde, cerró los ojos, inhalo profundamente, y se tranquilizó.
Después de unos minutos de estar acostada, escucho a lo lejos un auto derrapándose, y de inmediato supo que esa era su oportunidad. Se levantó con mucho trabajo, admiro un momento más el paisaje, sonrió.
-Nuestro nuevo hogar.-Dijo, y se encamino para buscar al auto que había hecho ese sonido, olvidando por completo lo que había sucedido
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Secretos Revelados
Mystery / ThrillerAlison es una chica ordinaria. No es linda, pero tampoco fea. No es alta, pero tampoco baja. Se considera a si misma una chica común y corriente, a la cual no le sucedían cosas extraordinarias. Su vida era aburrida, hasta que un extraño chico extran...