Capítulo 1

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Advertencias generales; en general nada que no se haya visto en el canon; Descripción de angustia emocional; Implicaciones de diferencias sociales, Accidentes de tráfico, Menciones de muerte, Uso de drogas, Lenguaje fuerte, Implicaciones de negligencia. 

Deberían haber sido las cinco de la mañana cuando Ash Gray terminó de firmar los últimos documentos en comisaría.

Irónicamente lo menos agotador que tuvo que hacer esa noche, teniendo en cuenta todo el desastre que había pasado hace horas en el Puente. Prefería pensar que una entrevista con tres oficiales distintos era difícil porque era una persona naturalmente reservada; una situación que sería complicada aunque la misión hubiera ido viento en popa. La única razón por la que sentía difícil respirar era porque su jefe de zona y compañeros estaban ahí, gritando y exigiendo explicaciones por su auricular.

Los silencio en la sala de espera y se aseguró que su micrófono estuviese apagado, iba a lidiar con ellos cuando no estuviera tan cansada.

También habían pedido el testimonio de Harry Hunter; más bien del héroe local Flare. El saber que otra persona estaba en su situación le servía para no sentirse tan sola. Cuando pudo hablar con él nuevamente ya estaba saliendo el sol y el pobre hombre estaba tan cansado como ella, por ahora no tenía su entusiasmo o su actitud brillante. Aun así le dio un abrazo gigante apenas la vio.

Después del fiasco en que se convirtió la misión, cualquier gesto reconfortante era bienvenido. Ash no supo qué tontería dijo en el momento pero eso llevó a Harry a asegurarle que no fue culpa suya. Había sido muy injusto enviar a un solo agente a vaciar el Puente, su reacción fue tan esperable como natural.

Y a pesar de lo que dijo Harry, Ash ya se esperaba el resultado. Según sus compañeros y su Jefe, ella fue quien falló en la misión, ella fue quien tuvo el peor manejo. Quien debía hacer trabajo extra para que pudieran volver a confiar en ella. Y el remate es que de todos quienes estaban ahí, Ash Gray era la agente con el menor rango, a quien le caía hacer todas las tareas que nadie más quería hacer. Tuvo que tomar el café caliente de la máquina, una sensación desagradable pero necesitaba la cafeína urgente.

Su tarea adicional era ir hasta Finley Street a dar las malas noticias y pedirle a una mujer que le acompañara a comisaría. Poner las cosas así no era mentira y le ayudaba a mantenerse en calma. En especial porque para llegar hasta Finley Street tendría que volver a pasar por el Puente.

Ash recordaba el Puente ya desde su construcción. Debería haber sido el 2007 y era de las obras que le darían más valor económico al centro de Gothan, Agora Street. Era un lugar tan moderno que incluso ella fue con sus amigas a fotografiarse ahí. Después de eso le siguió la construcción de oficinas y departamentos con vista a la parte bonita del río.

Harry le comento en un momento él como varios de sus amigos vivían en Agora Street antes de la renovación, lamentablemente les perdió el rastro después de la construcción del Puente. Muchos vendieron sus terrenos para vivir en Finley Street, era barato y estaba cerca. Apenas le terminó de contar de qué se trataba su tarea, Harry solo fue hasta la patrulla que le habían indicado y se sentó en la parte de atrás. Justo al lado de ella.

"Eres mi amiga, pero no saldrías viva de Finley Street" Por sus habilidades como agente no era necesario que fuese con un escolta, no era tan inútil como para salir herida en una misión de informante. Sin embargo por su estabilidad mental realmente quería estar con su amigo, necesitaba esa tranquilidad de que si la cosa se ponía difícil alguien la ayudaría -Alguien la entendería-no confiaba en nadie en ese minuto para que no tirase la toalla con ella por haber hecho las cosas mal.

Quizás podría echarle otra mirada a la carpeta de antecedentes pero solo sería retrasar lo inevitable. Con su ansiedad sólo pudo leer ese papel de arriba a abajo buscando cualquier cosa que le sirviera pero se encontró con información personal básica y ningún tipo de antecedente. Lo que quedó en custodia no era lo más relevante tampoco. Una mochila de color amarillo con mas correas de las necesarias, una chamarra azul, lapices, nada raro que no pudiera tener un adolescente.

La Ilusión de ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora