- Que se joda Chou Tzuyu.
- Entonces púdrete, Minatozaki Sana.
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[Este escrito contendra angustia, mencion y contenido de otros ships con ambos personajes principales, temas sensibles relacionados con la salud mental, representaciones...
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Chaeyoung
Mina me mira desde afuera, mueve las cejas de arriba hacía abajo con un semblante tranquilo, su uniforme está tan pulcro como siempre, su cabello perfectamente peinado y no puede faltar su postura derecha y firme. Tomo mi mochila para ponerla sobre mi hombro y encontrarme con ella. No llevo el corbatin del uniforme, tampoco el saco, mi cabello esta maltratado por la decoloración ya que mi mamá no ha querido hablar conmigo después del domingo, por lo que no he ido a la peluquería para seguir mi tratamiento durante toda la semana. Las ojeras abajo de mis ojos nunca han estado más marcadas y mi rostro no tiene ningún color.
Estoy en decadencia, no tengo animo para arreglarme, todos los días llego a la escuela con el cabello goteando porque mi padre se niega a que vaya en el auto con él y Jeonghoo, entonces voy a contrarreloj. No hago la tarea porque aún que estoy eternamente castigada y no puedo salir de mi casa, tampoco puedo concentrarme ya que mi mamá no deja de hablar con mis tías sobre la pelea durante sus llamadas, su voz no deja de resonar en mi cabeza, diciendo que esta tan avergonzada de tenerme como hija, el primer día en especial lo dijo entre lagrimas, más tarde Jeonghoo dejó una nota debajo de mi puerta diciendo "¿Eres felíz haciendo llorar a mamá?".
Nunca me había sentido tan miserable.
Tallo mis ojos y muerdo mi lengua cuando salgo del salón. Mina se levanta y extrañamente hace contacto físico conmigo, acomodando mi cabello hacia atrás y arreglando mi camisa de vestir.
- Hola - Me saluda - ¿No tienes frío?
- No.
- Afuera hace mucho viento - Previene - Trae tú saco.
- No quiero - Arrastro las palabras.
- No saldremos a caminar si no llevas un saco - Puntualiza.
- ¿Quién dijo eso?
- Yo.
- Puedo salir así - Tarareo sin mucho animo - No vas a impedirlo.
- No te acompañaré.
- Mina, es un saco y ya, no pasará nada si no lo uso - Digo con voz queda.
- Te resfriaras.
- ¿Y?
- Si te resfrias no vendrás a la escuela - Frunce el entrecejo - Y si no vienes a la escuela no voy a poder estar contigo, ponte el saco, iremos a la cafetería, te invito el desayuno.
La insistencia de Mina, su puchero y la preocupación con la que dice cada palabra son suficientes para que vaya a ponerme el saco, tampoco tengo tantas ganas de llevarle la contraria. Cuando regreso ella me indica a cual de todas las cafeterías iremos. Estaba en lo cierto cuando dijo que el viento era fuerte, el patio está casi vacío, todos se encuentran dentro de los edificios de la escuela, refugiándose del clima.
Mina camina sin problemas entre todo el caos, es como si no le afectará en nada. Por otra parte, yo cierro los ojos cuando el viento golpea en nuestra dirección e intento resguardar mi desordenado cabello sin mucho éxito.
