Dolor inefable

8 2 0
                                    


Podría haber evitado este año con un simple sueño, no era la primera vez que para evitar un mal trago me ponía a dormir y despertaba mucho tiempo después, pero esta maldita vez era diferente. En esta enredada e inexplicable vez, se trataba de él, como le hubiera encantado que en esta situación usara esa palabra que tanto le gustaba repetir, pero rotundamente me rehuso a decirla, no me traía paz y era lo que más me dolía.

Llevaba un año convertido en una serpiente, rondando por cada estantería, desearía que hubiera un poco de polvo así por lo menos podría entender que te fuiste para siempre y que egoístamente te fuiste con una sonrisa en la cara, pero la presencia de Muriel era constantemente un triste recordatorio de que los preferiste a ellos, desearía haber dormido y no ver qué pese a que no estás este lugar sigue igual.

En cambio, yo sigo cada vez más destrozado, te dije lo que sentía aquel día y en lo fácil que era irnos para ser solo nosotros. Extraño tus milagros angelicales, aunque casi me golpee a mí mismo por pensar en eso, también extraño que siempre te metías en problemas y que de alguna manera siempre estuviera ahí para salvar tu angelical trasero.

Después de un año, debo levantar mi propio trasero y decidir qué hacer con lo que queda del futuro. Escuché a algunos demonios mencionar que allá arriba estaban trabajando en el segundo advenimiento, no quiero ni imaginar ese evento, imagino que estarás muy emocionado y que ni siquiera te has tomado un momento para descansar y comer una de esas crepas que tanto te gustaban, por su puesto que no, ellos ven con disgusto la comida de este plano.

Está bien Aziraphale, haré mi trabajo, mejor de lo que nunca lo he hecho. Déjame complicarte un poco la vida, solo un poco, dame ese pequeño privilegio.

Salir no era fácil, no por el aspecto físico, sino por el dolor de cada recuerdo. La calle estaba inundada de tu presencia y de tu familiar olor, aunque creo que solo era parte de mi imaginación intentando torturarme, necesitaba un café y apenas salí de la librería tomé mi forma humana. Cruzando la calle estaba la cafetería a la que siempre solíamos ir, me detuve un segundo a ver el título y me pregunté si sería un buen momento para pedir la muerte, sonreí ligeramente ante aquel pensamiento inútil.

Cuando entré, Nina parecía bastante sorprendida, era inevitable que preguntara sobre lo que nos pasó, no la culpo ambos desaparecimos. Sin embargo, no estaba listo para hablar, creo que lo entendió bastante bien después de que secamente le pidiera aquella bebida cargada con esa controversial sustancia que llevaba por nombre "café", decidí ir a sentarme en una mesa de la esquina y comenzar a tomar mi bebida. En cuanto di el primer sorbo sentí un escalofrío recorrerme entero, volvió a mi mente el olor de aquel día en el que se fue y cómo se veía feliz con su latte de leche de avena con sirope de almendra, puaj el recuerdo casi me hacía vomitar y me dejaba una extraña sensación en la punta de la cabeza como si algo no estuviera bien. Me sacudí ligeramente tratando de apartar mis pensamientos.

Pasaron unos segundos y note que alguien se me acercaba, era aquella chica rubia, creo que se llamaba Maggie.

-Hola.- se sentó tratando de no lucir nerviosa.- hace tiempo que no lo habíamos visto señor Crowley, estábamos preocupadas.-no dejaba de jugar con sus manos tratando de calmarse un poco.

Solo le contesté con un sonido que salió de la parte de atrás de la garganta, apenas audible, pero lo suficientemente serio para que entendiera que no quería dar explicaciones.

-A demás.- agregó antes de que pudiera ponerme de pie.- Me pregunto si sabe, ¿Cómo está el señor Fell? Muchos dicen que se fue de viaje a traer nuevas colecciones de libros, pero nunca nos avisó nada, de verdad me gustaría saber si él está bien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fanfic de Good omens.~ Yo no necesito todo eso, yo te necesito a ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora