La habitación iluminada por la tenue luz de las velas, alguna que otra prenda de ropa en el suelo, las sábanas desarregladas y dos personas que apenas tenían aliento, apretadas entre sí, soltando varios gemidos bajos.
Merlin se encontraba encima de Hanna, miembro adentro con movimientos suaves y delicados. A pesar de que era un acto sexual, mantenía la delicadeza con la que siempre trataba a la chica, como si fuera una flor delicada que deseaba proteger y amar.
-Puedes ir c-como se te antoje.-Habló entre gemidos.
Claramente, Hanna no era delicada para nada en estas cosas.
-No quiero hacer algo fuerte y lastimarte.
-No lo harás. Sé que no.-Se levantó un poco y beso la punta de su nariz.
-Bueno...tenía ganas igual.
-Ah, eso es-
No dejó que terminara su frase. Simplemente apuró sus movimientos. Cada vez que entraba, era un choque más brusco contra su vagina. Estaba siendo duro, pero eso no importaba porque era placentero de igual manera, y eso lo comprobó por el aumento de gemidos y el aferro de la chica hacia él, a tal punto de rasgar su espalda y sujetarse contra esta para poder apretar ambos cuerpos.
Merlin sujetaba las manos de Hanna por encima de la cabeza de esta. Sentía demasiado apretado el canal vaginal de la chica; eso era aún más excitante para él, ya que eso facilitaría llegar al éxtasis. Pero no planeaba hacer eso tan rápidamente, sino no sería divertido algo corto de tiempo si tenían toda la noche para ellos solos.
Unos minutos habrían pasado ya. El chico para con los movimientos, ella estaría bastante agitada como para protestar. Al retirar el miembro, Merlín se tomaría un respiro y se acercaría a besar la frente de Hanna.
-¿Estás bien?¿Fue mucho para ti?-Estaba preocupado, porque parecía que la chica no podía continuar.
-No, estoy bien. Además, parece que no planeas terminar aún.-Sonríe agotada.
-Me encanta que puedas adivinar qué es lo que quiero.-Se recuesta a su lado y la mira con una pícara sonrisa mientras le acaricia la espalda.
-¿Qué?
-Te dejo hacer tu parte, ¿te parece bien eso o quieres que continúe yo?
-Ja, ¿Quieres que esté arriba?¿Qué pasa si digo que no?-Lo mira con maldad.
-Oh...bueno...-Hablaba como si eso lo hubiera herido. Cuando levanta su mirada, se veían esos ojos.
Oh no, esa mirada.
A veces odiaba que él siempre se salga con la suya. Odiaba más que nada que no importaba qué situación era, su mirada de cría de dragón la convencía de hacer lo que él quería.
La tenía como deseaba, pidiera lo que pidiera, haría que ella haga lo que quisiera; y sabía sus debilidades más que nadie.
-Eres un maldito.
Obviamente, hizo caso. Tampoco era algo malo, porque ella también iba a disfrutar, ya que iba a estimularse más que él como deseara.
Al ponerse encima y haber metido el miembro, comienza a moverse con suavidad, sin saber bien cómo hacerlo. No era difícil ni nada, porque todo estaba lubricado por los fluidos. Se preguntaba si él disfrutaba, ¿Y cómo no?Si estaba soltando gemidos leves y veía con deseo desde donde estaba cómo la chica no sólo se movía como él había hecho, sino que también daba saltos sobre su miembro, dando choques bruscos de ambas sonas íntimas.
Ya estaba ansiosa de que a cada momento sentía la sensación de estar a punto de venirse.-¿Buscas acabar ya?-Pregunta él en medio de suspiros.
-¿No puedo?
-Al contrario, ya quiero ver qué expresión harás. O qué tan fuerte gemirás.-Sonrió levemente, posando sus manos en las caderas de la chica.-Tenemos toda la noche, ¿No crees?