La música retumbaba en el aire, mezclándose con risas y conversaciones animadas mientras la luz de las estrellas se reflejaba en la piscina del lujoso jardín. Era la típica fiesta de verano en la mansión de los Thompson, una de esas que todos en la ciudad esperaban con ansias.
Tn se sentía un poco fuera de lugar entre la multitud elegante y sofisticada. Había sido invitada por una amiga, pero no conocía a nadie más en la fiesta. Con un vestido negro que resaltaba su belleza natural y su cabello largo y oscuro, Tn se movía discretamente por el jardín, intentando pasar desapercibida.
En un rincón tranquilo, bajo la tenue luz de una lámpara, León estaba absorto en sus pensamientos. Había llegado temprano, como siempre, pero esta vez había estado dando vueltas por la fiesta sin encontrar a nadie con quien realmente quisiera hablar. Miró su copa de vino medio vacía y suspiró, sintiéndose un poco desconectado de la diversión que lo rodeaba.
Fue en ese momento cuando sus miradas se cruzaron. Tn notó a León desde el otro lado del jardín y algo en su expresión intrigante la atrajo hacia él. León también la miró, sorprendido por la intensidad en los ojos de la misteriosa chica. Sin decir una palabra, ambos comenzaron a caminar hacia el centro del jardín, donde una fuente de agua burbujeante creaba un ambiente de paz en medio de la agitación de la fiesta.
Cuando finalmente estuvieron lo suficientemente cerca, León extendió su mano hacia Tn. "Soy León", dijo con una sonrisa encantadora que desarmó a Tn de inmediato.
"Tn", respondió ella, estrechando su mano. La electricidad parecía fluir entre sus dedos mientras sus miradas seguían conectadas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
León y Tn continuaron conversando cerca de la fuente, alejados del bullicio de la fiesta. Hablaban de todo, desde sus pasiones y sueños hasta las historias más extrañas que habían escuchado. La conexión entre ellos se hacía más profunda con cada palabra que compartían.
"Es extraño," dijo León con una mirada pensativa, "siento como si te conociera de toda la vida, pero apenas acabo de conocerte esta noche."
Tn asintió, asombrada por la misma sensación. "Es como si el destino nos hubiera llevado hasta aquí."
Mientras tanto, el reloj avanzaba y la fiesta seguía su curso. La música se volvía más animada y las risas más estruendosas. Sin embargo, León y Tn no podían apartar sus ojos el uno del otro.
Finalmente, la fiesta empezó a desvanecerse mientras el sol comenzaba a asomar en el horizonte. La mayoría de los invitados se habían retirado, pero León y Tn seguían conversando bajo las estrellas, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos.
León miró su reloj y suspiró. "Tn, me temo que ya es hora de irme. Mañana es un día largo en el trabajo."
Tn asintió con tristeza. "Sí, entiendo. Yo también debería irme." Se levantaron juntos y caminaron hacia el auto de León estacionado cerca de la entrada.
Antes de despedirse, León tomó la mano de Tn y la miró a los ojos. "Tn, esta noche ha sido increíble. No quiero que esto termine aquí."
Ella asintió, sintiendo la misma conexión que él. "Yo tampoco, León."
León se inclinó y la besó suavemente bajo la luz de la luna. Fue un beso lleno de promesas y secretos aún por descubrir.
Con el corazón latiendo con fuerza, Tn se alejó lentamente, mirando a León con una sonrisa. "Hasta pronto."
León asintió y la vio alejarse antes de subirse a su auto y partir. Mientras conducía de regreso a casa, no pudo evitar pensar en la misteriosa Tn y en las posibilidades que el destino había traído a su vida.
