Custer

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Que sea la última vez que me empujas hijo de la chingada -dijo Sergio enojado- no porque seas un Alfa y yo un Omega me trataras así.

¿Asi?, ¿por qué no? -dijo con aires de superioridad Jos- tu mismo lo dijiste tu eres un Omega y yo un Alfa, aprende tu lugar estúpido Omega.

¿Estos días parezco no haber tenido suficiente? Estoy cansado de esta mierda, quiero ir a casa no me hagas perder el tiempo -dijo lo último con ganas de partirle la cara, pero no podía, ya tenían muchos ojos y cámaras viéndolos-.

¿Qué,acaso me tienes miedo? -dijo  sonriendo-Aparte de puta eres un miedoso.

Jos no supo en que momento ni como pero ya estaba en el suelo mientras le sangraba la nariz, se sorprendió al voltear hacía arriba y poder ver a su propio hijo con el seño fruncido y soltando feromonas dominantes.

Que sea la última que le vuelvas a hablar así a Sergio porque si me entero que vuelves con lo mismo no sólo te volveré a empujar y no bromeo es una maldita advertencia - a kilómetros se podían oler las pesadas feromonas del Alfa dominante- desde aquí arriba pienso en lo que insignificante que eres, siempre asustando a las personas que son "inferiores" cuando el verdadero inferior eres tú.

¿Max que creés que estas haciendo? ¿Acaso me estas retando por ese? Yo no te eduque así -dijo con desagrado y enojo- dejate de estupideces.

No, en algún lugar de la pared de un baño, leí las palabras "ninguna persona te puede obligar si es así mandalos al carajo" y finalmente vi la verdad algo tan verdadero estaba ahí rodeado de basura y suciedad, ahora he estado diciendo esto durante años pero tu no lo puedes llegar a comprender lucho contra el infierno y el miedo porque yo si lo comprendo, tu no porque ese maldito infierno eres tú.

Te esfuerzas tanto para hacerte el fuerte cuando en realidad eres un maldito ser el cual nunca a estado feliz con el mismo así que a tu desgracia te llevas a todas las personas las cuales en algún momento te llegaron a querer de verdad -dijo crudamente Max sin siquiera trabarse como en cualquier otra ocasión, la diferencia entre esta vez y otras ocasiones es que ahora no le tenía miedo-.

Checo, ve por tus cosas ya nos vamos -dijo Max sin quitarle la mirada encima a Jos-.

Maldito mocoso -dijo el Verstappen mayor- cuando ese Omega te deje por otro no quiero que vengas a mi pidiéndome perdón.

Ya veremos quien pide perdón, viejo pendejo -dijo el mexicano que recién había llegado-.

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