-"Entre sombras y lealtades, así me sentía yo en ese momento."
La mafia "La Federación" lleva haciendo demasiado en estos últimos años, ¿su último ataque? El secuestro de trece personas para el beneficio de cierto albino apodado como Cucurucho.
¿Pod...
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CELLBIT.
Todos estaban alrededor de una enorme mesa, sobre ella había fotos, papeles, reportes, apuntes, notas, bolígrafos. De todo un poco. Pero por debajo de todo eso, un mapa. El mapa de la Isla Quesadilla. Estaba lleno de marcas de distintos colores en distintos sitios y respectivos apuntes en portaminas o en bolígrafo.
En un lateral, en la pared, había un corcho ocupando casi toda esta. Pero lo que más destacaba eran las fotografías. Las fotografías de ciertas personas en busca y captura desde hacía mucho tiempo por los antecedentes que tenían. Algunos más graves que otros, por supuesto.
Teníamos desde un ludópata hasta distintos sicarios que mataban por dinero. Desde un hacker hasta un traficante de armas junto a otro que traficaba información.
-Inspector Cellbit...- La voz de Baghera me sacó de mis pensamientos, que eran miles de maneras de cómo llegar a aquella mafia y acabar con ella. -¿Qué hacemos?- Buena pregunta que yo no sabía responder. Porra.
En ese momento, aquella mafia tenía secuestrados a once niños y a los dos trabajadores que cuidaban de ellos: Missa y BadBoyHalo.
-Está claro que no podemos tardar. -Esta vez, habló el capitán Philza. -Es más, uno de los niños tiene una prótesis, puede ser delicado. -El rubio era muy cercano a los de la guardería, sobre todo al azabache de Missa. O eso me contaba Forever cada vez que le observaba como un puto acosador. Philza siempre le rechaza.
-Lo sé, ¿cuál se supone que es el recorrido y dónde pueden estar? - Me acerqué a la mesa, aparté los papeles y miré el mapa dibujado a carboncillo sobre un papel que se asemejaba a la textura de un papiro.
-Todos los recursos los habrían sacado del Casualonas, es de donde pueden sacar el dinero sin levantar muchas sospechas. -Maximus era el que más cercano que podría estar a ellos, ya que se infiltraba por donde podían estar y sacaba la información. Tenía una fuente fiable. -Después, atacaron el centro de adopción y les metieron en una furgoneta sin matrícula para ir a las afueras. Lo más probables es que sea aquí. -Señaló un punto clave del mapa.
-Esos niños deben estar traumados, espero no les estén haciendo nada. -Intervino Forever con el ceño fruncido.
-Son mafiosos, Forever, no monstruos. -Le replicó Philza con una leve esperanza dentro de él. Esperaba que tuviera razón. El de trenza suavizó un poco su expresión y asintió leve.
Había visto a esos niños una vez, Forever me llevó. Me acuerdo de cada uno. Había un par más mayor. Uno de ellos con máscara de calavera y flotador de pato en su cintura, rubio y muy extrovertido. En cambio el otro tenía un sombrero de copa negro y vestía de con una camisa blanca y chaleco rojo, cabello negro. Les acompañaban un nene con un bigote postizo y gorro de aviador y una niña de cabellos ondulados y gorro de lana rojo con una flauta siempre en su mano. Me parecían adorables.