El verde en el gris -COMPLETO-

Capítulo 13: Los problemas del ministro

Capítulo 13: Los problemas del ministro

El calor de mediados de junio había durado hasta las pequeñas horas, una suave brisa haciendo poco para enfriar la noche bochornosa. El pueblo estaba profundamente dormido cuando un suave pop hizo sonar la llegada de un visitante por primera vez. Las criaturas se callaron y un gran pájaro huyó cuando el hombre sacó su varita, sus ojos grises y acertados escanearon el área en busca de conciencia de su presencia. Después de un momento, su postura se relajó y comenzó a caminar entre las viviendas, aparentemente buscando algo.

No había sido difícil localizar este lugar, no para su hermana que había logrado localizar el muggle de Harry en casa todos esos años pasados. Para él, no habría sabido por dónde empezar. Había mantenido su distancia de los muggles, ni dispuesto ni preocupado a comprender a estas personas extrañas. Sin embargo, fue una de las razones por las que se encontró aquí esta noche. Los Riddles, la ruina de su existencia durante algún tiempo había vivido aquí una vez, al igual que los Gaunts'. Su búsqueda de la identidad del Señor Oscuro lo había llevado hasta aquí, aunque fue solo por un sentimiento persistente. Sabía quién era o había sido el hombre una vez, pero ese sentimiento de que este lugar tenía algo importante lo había afectado y, por lo tanto, había tomado la decisión de viajar aquí para saciar sus disturbios.

A regañadientes podía admitir que el pueblo era bastante hermoso; bien cuidado, pintoresco con un toque del clásico. Las casas eran igualmente atractivas, aunque ninguna era la mansión que buscaba.

Frunciendo el ceño, resopló mientras continuaba su camino, una repentina ola de magia se apoderó de él y lo puso nervioso y su varita se levantó con anticipación. La magia era fuerte y completamente desconocida para él. De manera cautelosa, dio otro paso adelante y la necesidad de alejarse fue casi abrumadora cuando se activó el siguiente conjunto de salas.

"Interesante", reflexionó en voz alta mientras daba un paso atrás.

No podía estar seguro de si alguien se estaba escondiendo dentro, pero no quería arriesgarse a ser descubierto prematuramente. Podría ser una bendición si Tom estuviera adentro y sin saber que se conocía su ubicación. Rápidamente, y tan silenciosamente como pudo, desapareció con un pop una vez más y regresó a las afueras de la aldea a la que había llegado para buscar la otra casa que pretendía encontrar.

Los Gaunts, había aprendido, vivían en algún lugar fuera del camino principal que se alejaba de la aldea. Comprobando una vez más que no había alertado a ninguna atención no deseada, procedió a seguir el camino, dejando atrás la aldea adormecida.

Su frustración creció cuando no se presentaron otras casas a lo largo del sendero sinuoso, los músculos de sus piernas protestaron por la excursión que había emprendido. Girando, todavía podía ver un vago bosquejo de la aldea en la distancia, aunque parecía que había caminado millas. Sacudiendo la cabeza, continuó y la necesidad de regresar a casa se desvaneció cuando sintió un ligero hormigueo de magia a su izquierda entre un matorral severamente cubierto, contrario al resto de los arbustos bien cuidados.

Acordando, la magia que sentía se volvió casi sofocante, mucho más fuerte que la última presencia, mucho más mortal en la naturaleza. Si nunca hubiera conocido a Harry, este tipo de magia sería desconocida, pero era como lo que experimentaría cuando el niño arrojara algo en lengua de perla. Contra su mejor juicio y cautelosamente, comenzó a lanzar hechizos de diagnóstico en el monte, haciendo que brillaran ligeramente y se volvieran momentáneamente transparentes.

Lo que vio en el otro lado solo podía describirse como una choza en ruinas, descuidada y en mal estado. Para la mayoría, sería modesto, pero el esqueleto de la serpiente clavada en la puerta le hizo temblar la columna vertebral, casi una advertencia de lo que sucedió después.