𝕃𝕖 𝕞𝕠𝕟𝕒𝕣𝕢𝕦𝕖 𝕕𝕖𝕤 𝕢𝕦𝕒𝕥𝕣𝕖 𝕔𝕠𝕦𝕣𝕤;; 1𝐞̀𝐫𝐞 𝐬𝐚𝐢𝐬𝐨𝐧

Capítulo 1: El Reino de las Cartas

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En el reino de Cartaglia, donde los secretos se tejían en cada rincón y el destino estaba marcado por las cartas, la llegada de Jinx había sido predicha mucho antes de su nacimiento. La profecía hablaba deun monarca de cabello blanco y ojos rojos que traería consigo el don y la maldición de la inmortalidad, un poder relacionado con las cartas que cambiaría para siempre el curso de la historia de Cartaglia.

En una cálida noche de verano, cuando las estrellas salpicaban el cielo como diamantes en un pañuelo negro, Jinx llegó al mundo. La matrona que lo recibió en el mundo sabía que este niño era especial. Con cabello blanco como la nieve recién caída, ojos rojos que parecían encenderse con un fuego interior y una piel pálida como la luna en su apogeo, Jinx era un misterio desde el principio.

Fue llevado al gremio de los Cardenales, una sociedad secreta de magos que habían mantenido el equilibrio de poder en Cartaglia durante siglos. Allí, Jinx fue educado en el arte de las cartas, una forma de magia que solo unos pocos privilegiados dominaban. Las cartas eran más que simples trozos de papel; eran puertas a un poder inimaginable.

A medida que crecía, Jinx demostró un talento excepcional para la magia de las cartas. Desde una edad temprana, podía invocar vientos furiosos con el As de Espadas o curar heridas con la Reina de Copas. Pero su verdadera singularidad residía en su inmortalidad. Mientras que otros envejecían y morían, Jinx permanecía joven y vigoroso como el día en que había nacido.

La inmortalidad, sin embargo, tenía un precio. Jinx vio a amigos y mentores envejecer y desvanecerse ante sus ojos. La tristeza de la pérdida se volvió su compañera constante, y se preguntaba si alguna vez encontraría a alguien que compartiera su destino.

A medida que Jinx maduraba, también lo hacía su habilidad con las cartas. Se convirtió en un estratega magistral, capaz de derrotar a cualquier oponente en el juego de cartas más complicado de Cartaglia, el Eterno Duelo. Su reputación creció rápidamente, y la gente venía de todos los rincones del reino para desafiar al joven monarca de cabello blanco.

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Un día, mientras Jinx jugaba una partida de cartas en la plaza del mercado, un desconocido de aspecto misterioso se acercó a él. Tenía una capa oscura que lo envolvía como una sombra y unos ojos tan profundos como el abismo.

"¿Te atreverías a una partida, Jinx?" dijo el desconocido con una voz que parecía resonar desde las profundidades del inframundo.

Jinx aceptó el desafío sin vacilar. Sentía una extraña conexión con este hombre, como si estuvieran destinados a encontrarse en ese momento. Los dos se sentaron frente a una mesa de madera gastada y comenzaron a jugar.

La partida fue épica. Cada movimiento era una obra maestra de estrategia, y las cartas se convirtieron en extensiones de la voluntad de los jugadores. El público que los rodeaba quedó hipnotizado por la intensidad del juego.

Finalmente, Jinx jugó su última carta, el Rey de Bastos, desatando una tormenta de fuego que envolvió al desconocido. Pero en lugar de ceder ante el poder de la carta, el hombre sonrió y reveló su propia carta final: el Enigma.El Enigma era una carta legendaria, cuyo poder nadie había logrado comprender por completo. Al jugarla, el desconocido desató una energía que rompió todas las reglas del juego. Las cartas se mezclaron en el aire y se convirtieron en una neblina brillante que rodeó a Jinx.

Cuando la neblina se disipó, Jinx y el desconocido habían desaparecido, dejando atrás una plaza vacía y asombrada. La gente hablaba en susurros sobre el enigmático desafío, y la leyenda de Jinx tomó un giro aún más misterioso.Mientras tanto, Jinx y el desconocido estaban en otro lugar, en un mundo que ni siquiera Jinx había imaginado. Habían cruzado un umbral hacia lo desconocido, y el destino de Cartaglia colgaba en el equilibrio de una carta.

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