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La guerra contra Voldemort devasta por completo a Harry Potter, el salvador del mundo mágico, un joven de ya casi 18 años con un rostro frío y amargo, trabajando en la orden del fenix como el principal líder desde que Dumbledore enfermo debido a un veneno que le hechizaron a él en combate. Harry Potter solo quiere irse, el siente que tiene depresión pero aún así no quiere molestar a sus compañeros o preocuparlos de lo necesario.
—...—Harry mira con desinterés el pergamino que le dieron, fumando un cigarrillo, cerrando sus ojos con una expresión vacía.
Fumar se volvió algo que le quita el estrés y sus pensamientos negativos, la guerra le dejo física y mentalmente mal, y desde que Dumbledore enfermo, Voldemort a podido moverse con más libertad, y la carga de tener que proteger a muchas personas inocentes le pesa en la consciencia, se siente inútil, tiene ataques de ansiedad cuando escucha sonidos muy altos o de algo cocinandose y a veces ilusiona con las personas que mato, algo que le perturba y le da ataques mentales.
—Lord Potter, Lady Granger está aquí.
Harry alza la vista, su mirada desinteresada no cambia.
—Dejala entrar.—Dice Harry volviendo a ver el papeleo.
Hermione entro a la oficina, mirando con preocupación a su amigo.
—Harry... ¿Cómo estas? Has estado despierto toda la noche, no es bueno para tu salud.—Dice Hermione preocupada.
Harry suelta una sonrisa amarga.
—Entonces iluminame Hermione ¿Acaso debo dejar mi puesto para descansar solo para que después esos idiotas de los de la orden vengan a quejarse de que no hago nada?—. Dice Harry burlón y con un toque sarcástico.
Hermione se enoja por su tono, pero no dice nada y solo suspira.
—Harry, se que estás cansado, todos los estamos, pero si no estás en condición de luchar ¿Cómo podrás lograr tus objetivos? Ocuparé tu lugar si lo que necesitas es descansar.—Dice Hermione firmemente, decidida y terca a qué Harry acepte.
Harry sonríe pero con sus ojos fríos.
—Hermione Hermione ¿Crees que no se las decisiones estúpidas que haces la vez que te confíe mi puesto?—. Dice Harry con cinismo.—No es no, Hermione, no necesito darte explicaciones.
Hermione se enoja y aprieta sus manos contra la tela de su pantalón.
—¿Por qué tienes que ser tan grosero? ¡Solo quiero ayudarte a aliviar tu carga de trabajo! Yo misma comprendo como es esto.—Dice Hermione.—¡Todos se alejan por tu actitud de mierda! ¡Quédate solo si tanto quieres!—Dije saliendo de la oficina molesta, llendo a tomar aire.
