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—(Mmm ¡Todo está limpio!)—Piensa Jaime contento, dejando la escoba en una parte de la cocina mientras mira su casa ordenada y limpia, sin ningún polvo.—Ahora a bañarme rápido.—Me dije a mi mismo.
Aún faltaba para que llegara Harry, pero aún así se sentía inexplicablemente nervioso de que algo saliera mal, no sabe, son como mariposas en su estómago que le hacen pensar que si sale algo mal no volverá a ver a Harry, y esa idea no le gusta mucho al ser su primer amigo.
—Mmmm, no me queda mucho jabón...—Murmuro al notar que me estoy quedando sin jabón para bañarme.
Los jabones son caros dependiendo de la calidad, y Jaime al ser alguien muy higiénico en bañarse y por eso ahorra mucho para permitirse esos jabones y comprar cosas buenas para alimentarse.
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Harry mira con aburrimiento a los demás magos, mirando sus manos mientras se imagina un cigarro en uno de sus dedos, queriendo fumar.
—¿Estás escuchando Harry?—Salta Hermione molesta.
—Tengo oídos estables, Granger.—Responde Harry con desinterés mientras juega con una navaja, mirando por su reloj la hora.—Escuchen. Les queda 13 minutos para explicarme las partes serias, no estás estupideces. Cómo dije, tengo una cita importante.—Digo con tono desinteresado de esta reunión.
Los magos se quedan en silencio, y uno levanta la voz.
—¡¿Qué demonios es esa cita suya para que sea más importante que esto Lord Potter?!—Chilla el mago, furioso e indignado.—¡¿Acaso es para ayudarnos?! ¡Por qué si es así está bien que vayas!—Grita furioso y estresado.
Después de un silencio incómodo, Harry se ríe, no es una risa feliz, si no una molesta.
—¿Cómo te atreves a tratar de manejar mi vida, sacó de mierda?—. Pregunta Harry, sus ojos brillando en un tono peligroso de querer matar, haciendo temblar al hombre.— Haber, díganme ¿Quien es el que se encarga de todo en este puto cuartel de incompetentes mientras que ustedes se van con sus familias de mierda y aún así se les paga bien? Par de malagradecidos.—Insulta Harry con una mirada feroz pero aún así sonriendo amablemente.
