Adicto A Amarte

capitulo 49

Y, aun así, la mirada detrás de su flequillo era anormalmente pura, como si se tratara de solo una simple pregunta para él.

"Huh... Jin parece muy inocente. Probablemente no quiere decir nada con la pregunta."

Ling Yiran pensó para sí misma, luego se aclaró la garganta y dijo: "Me puede agradar mi hermano menor, pero no es amor. Son dos sentimientos diferentes. Pensé que amar a alguien era para siempre e irremplazable. Incluso... pensé que los amantes podrían vivir y morir juntos".

Sus ojos oscuros se entrecerraron instantáneamente. "¿Vivir y morir juntos? Es extraño, cuando escuché su respuesta, el primer pensamiento que cruzó mi mente fue que... suena bastante bien vivir y morir con ella.

"¿Acaso eso significa que me he enamorado de ella?"

"¿Cómo es eso posible?" Se rió cuando la idea cruzó por su mente.

"Debo admitir que tengo sentimientos por ella. Estoy apegado sentimentalmente a ella y me preocupo por ella. Parece como si inconscientemente hubiera comenzado a obsesionarme con la sensación de estar a su lado. Si no, no hubiera jugado este juego por tanto tiempo."

"Pero enamorarme... no podría haber hecho eso."

"¡Me prometí hace mucho tiempo que nunca me enamoraría de ninguna mujer!"

"Y Jin nunca haría que me pusiera triste, ¿verdad?" El tono suave de su voz resonó en su oído.

Él soltó una risita mientras estudiaba sus mejillas ligeramente sonrojadas y su leve sonrisa. "Sí, Jin nunca entristecería a Hermana." Añadió para sí mismo: "Pero un día cuando esta mujer se entere de que soy Yi Jinli, ¿estará triste?" 

"¿O tal vez ella estará feliz? ¿ Feliz de él?" ganarse el favor de

"Aunque, sin importar sus sentimientos, puedo prometer protegerla de por vida. Después de todo, es tan simple como levantar un dedo para mí".

—

Ling Yiran se fue a trabajar el día siguiente. Después de que había terminado de barrer las calles con la Hermana Xu, regresaron al Centro de Servicios de Saneamiento para el almuerzo. Sin embargo, se dio cuenta de que sus colegas del Centro de Servicios de Saneamiento la miraban de reojo uno por uno. Algunas miradas eran de curiosidad, mientras que otras estaban llenas de menosprecio, burla y lástima.

Y muchos de ellos la señalaban mientras susurraban entre ellos.

Ling Yiran lo encontró extraño y notó que la Hermana Xu caminaba hacia ella desde el armario de suministros, quien luego la hizo a un lado y preguntó en voz baja: "Yiran, ¿estuviste en la prisión?"

Ling Yiran se estremeció y su rostro palideció instantáneamente. Era como si todas sus dudas anteriores se hubieran aclarado de repente.

"Aunque... ya me he preparado mentalmente para esto. Sabía que todo el mundo a mi alrededor se enteraría de mi encarcelamiento algún día."

"Después de todo, no hay un muro en la tierra sin una grieta".

Sin embargo, ahora que estaba rodeada de personas que la miraban de forma extraña mientras discutían de su pasado, y que se enfrentaba al hecho de que todos se habían enterado de su encarcelamiento, todavía se sentía como si estuviera desnuda en una tundra helada.

"Uhum", tarareó confirmándolo.

"Oh, eres una chica tan buena, ¿por qué estabas en prisión? ¿Qué hiciste?" preguntó la Hermana Xu. Ella se había apresurado a pedir confirmación después de que alguien más le había dicho al respecto. Por lo tanto, no tenía claros los detalles.

"Homicidio involuntario causado por conducir ebria". Ling Yiran se mordió el labio al responder.

"En la mayoría de los casos de conducción en estado de ebriedad, incluso si causa la muerte, el castigo suele ser el encarcelamiento con una suspensión de la sentencia, además de tener que proporcionar una indemnización, pero la Familia Hao fue inflexible acerca de no tomar un solo centavo de mí en ese momento. Simplemente querían que estuviera en la cárcel".

"Oh... tú...", suspiró la

Hermana Xu. "Escuché que eras abogada en ese entonces, pero ahora has caído tan bajo que barres las calles conmigo, lo cual es muy lamentable. Nunca se debe beber y conducir".

La Hermana Xu siguió charlando, pero no usó una mirada crítica para estudiar a Ling Yiran, lo cual llenó su corazón de calidez.