Parte XXI

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A veces de noche, enciendo la luz
para no ver mi propia oscuridad

Antonio Porchia


« Hojas de doble filo »


Luego de salir del comedor , lea y Josh subieron las consadas escaleras empezaron a caminar por el pasillo cuando ella se le ocurrió una buena idea

— Josh por curiosidad, aquí deben tener una sala de entrenamiento ¿no es así? — pregunto aunque ya sabía la respuesta

— Si... Está en la planta de abajo porque?, Lea no estarás pensando en ir cierto — pregunto atónito

— Que claro que no , solo tenía curiosidad es todo — se encongio de hombros, y siguió hasta llegar a la puerta de su habitación

— Gracias por acompañarme Josh, si no fueras un lobo , serías mi mejor amigo — dijo ella sonriendole con cariño, y este no era fingido, era verdadero

Eso a Josh le gustó de cierta manera, pero el no sabía si la quería como amiga

— Si bueno, espero que te recuperes pronto ya que tienes que viajar por lo de ser la ofrenda — Al decir esto recibió un golpe en el abdomen firme que tenía , pensó ella

— AAH ESTAS LOCA Y ESO PORQUE FUE !! — Dijo él en un gritillo

— Eso fue por llamarme ofrenda tonto, y ahora vete porque estoy enojada — al decir esto Josh salió como alma que lleva el diablo y ella tiro la puerta

No le vendría mal ir un rato a la sala de entrenamiento, ella debía mantenerse en forma, y Aron no se lo prohibió, y si lo hacía tampoco le haría caso

Descanso por unas tres horas y ya no soportaba estar encerrada, decidió que era hora de ir a entrenar — pero no contaba con que Adám ya estuviera afuera de su habitación custodiandola

— Que demonios haces aquí —pregunto ella , Aunque no estába sorprendida

— Tu qué crees — dijo el con obviedad

— Bueno muevete, vamos a la sala de entrenamientos — le dijo antes de empezar a caminar , siguió por el camino por dónde le dijo Josh y antes de llegar Adám hablo — está segura señorita


— Adám, entiendes que no le tengo miedo a nadie y no me digas señorita, solo dime lea ok — y sin más entró en la sala , no contaba con que hubieran tantos lobos pero no le importo

Entró ignorando las miradas y los susurros que se crearon a su alrededor y se concentró en ir por lo que quería, las armas

Adám se tensó al ver la dirección a la que se dirigía leark, pero para su sorpresa en vez de tomar las espadas de hierro forjado se decidió por las de madera que resultaban inofensivas

Se giró y tomándolo desprevenido y para su sorpresa le arrojó una de las espadas de madera

— Señorita leark, no creo que sea conveniente — Murmuró él, mirando hacía los lados cuando tomó la espada de madera por el mango

La Reina Oscura (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora