Recuerdo vagamente a Julie. Un día llegaron ella, Oscar y Rosel a invadir la casa club de Sofía.
Se colaron en el momento que todos entramos de llegar de la reunión de ecología, por lo que se les hizo fácil escabullirse entre nosotros. Lanzaron más de mil brujitas (que son como fuegos artificiales en miniatura que explotan al lanzarlos contra el suelo) al aire y nos tomaron a todos con sorpresa. Nos Lanzaron huevos y desperdicios y comenzamos todos a pelearnos verbalmente y físicamente. Yo era uno de los que golpeaba.
Salieron corriendo antes de que Sofía pudiera echarlos a escobazos.
Para los pocos días habían hecho un tratado de paz con Sofía y Diego, aunque las cosas no volvieron a ser igual desde entonces. Tenían otra casa club en otro sitio y se juntaban ahí todos los días. Las peleas constantes seguían ahi y jamás terminaron hasta después de mucho tiempo. Todo este problema por un simple juego. Suena gracioso, ¿ no? Éramos unos niños.
Cuando este problema pareció pasar, ya estaba llegando otro. Aunque este no realmente fué uno tan grave.
Oscar tenía una pareja de días y de hecho todo parecía ir bien a vista del público. Pero, después me enteré que su relación era mucho más que tóxica. Su pareja se llamaba Katie, si no mal recuerdo. Ella tenía una "amistad" con un chico, y tiempo después nos enteramos que le era infiel a Óscar con él.
Al mismo tiempo yo seguía con Evelyn a pesar de todo lo que sucedió.
Hubo ésta vez que la invité a salir.
"Amor, salimos? Siempre que intento sacarte sales con una excusa, tienes que decir que sí, es necesario, nunca pasamos tiempo juntos." Le dije mientras estábamos ambos sentados en el comedor de la casa club. Ella inmersa en su celular reaccionó cinco segundos después de que le dije eso.
"Dame un momento Alexander." Dijo ella mientras picaba las teclas de la pantalla de su celular con euforia. No logré ver con quién hablaba, y tampoco es como si realmente me hubiera importado. Me sentía más como un tonto por yo dar todo de mi y ella no dar nada.
"Listo, emm no lo sé, cuando saldríamos?" Dijo ella.
"Pues ahora, podemos ir al parque o así."
Le di esa opción y realmente no esperé que ella fuera a dar otra opción.
"Me parece."
Eso dijo ella antes de que partieramos hacia el parque al que siempre íbamos todos en grupo. (Apple Town.)
El camino no era muy largo, Sofía vivía muy cerca, pero la incomodidad que me generaba caminar con Evelyn a solas hacia el camino más largo que nunca.
No sabía que decir, ni que tema sacar al estar con ella. Siempre reaccionaba de mala manera, supongo que pensaba que era gracioso quejarse de todo, todo el tiempo.
Llegamos al parque e inconscientemente ambos fuimos al café. Ella vestía una chaqueta color lila lo suficientemente holgada para cubrir todos sus brazos, un pantalón cargo color gris y unos Converse en color negro. Su cabello estaba desordenado y recogido en una pequeña coleta.
Nos sentamos afuera y yo tenía poco dinero, solo compré un pastelito para ambos.
Ella sentada delante de mi, su mirada nunca tocando la mía, siempre mirando hacia otra dirección.
"Y emm..." Dijo ella antes de que yo dijera algo.
"¿Cuando me presentarás con tu mamá?"
Me preguntó.
"Pronto"
Dije.
Yo no quería presentarle a mi madre a esta niña. Nisiquiera le había mencionado sobre ella, y creo que nunca iba a hacerlo. No íbamos a durar mucho igualmente. Ya estaba pensando en terminar con ella. Yo tampoco estaba de lo más cómodo. No me sentía amado, por eso buscaba atención de otras mujeres. Cualquier otra mujer me hacía más caso que mi propia pareja.
Terminé con Evelyn pocos meses después de esa cita, y siendo sincero me sentí mucho más aliviado y sin un gran peso de encima.Aunque eso no me quitó la mala reputación en el club. Los demás seguían teniendo un gran odio hacia mi por muchas cosas que había hecho. Llegué a criticar a personas que formaban parte de la comunidad LGTBQ+ o incluso a meterme con temas delicados de los demás miembros.
Mi relación con Sofía no mejoró. Las cosas entre ella y yo eran de lo peor. Yo dejé de estar enamorado de ella bastante tiempo después de conocerla. Ella siempre me humillaba por lo que hacía, y yo me enojaba y se lo devolvía. Ésto me generó un gran odio hacia ella y viseversa. Aunque realmente mi yo de aquel entonces se lo merecía. Era un niño de 12 años discutiendo casi a diario con una chica de 15.
Mientras yo estaba en todo esto, la mujer de mis sueños siempre estuvo ahí, y jamás me interesó formar amistad con ella.
Y ya sin entrar en tanto detalle, Sofía, Diego y Valentina se retiraron de todo esto.
Quedándose solo la casa club que Rosel y Óscar habían hecho hacía tanto tiempo para ellos solos.
El club se volvió un lugar donde solo nosotros nos juntabamos a veces. Parecía ser que se juntaban más personalmente entre ellos que todos juntos, dejé de ver a muchos de ellos por mucho tiempo, aunque si los saludaba de vez en cuando, ya no era lo mismo.
Me salí del club sin avisar.
Quería tomarme un respiro, quería tiempo para mí y tiempo para probar nuevas cosas y dedicarle tiempo a algo que no fuera ese grupo de amigos tan disfuncional.
Era raro, si, solo al inicio lo fué. Pero me acostumbré a estar sin ellos.
Para este tiempo yo ya tenía los 13 años, y conocí a varias mujeres en ese tiempo que estuve lejos de mis amigos.
Tuve dos parejas en ese medio año, duraron algún par de meses, no lo sé. Realmente no recuerdo bien, nisiquiera recuerdo sus nombres.
Son de esas relaciones adolescentes pasajeras con las que te das tus primeros besos y descubres las desgracias del amor.
De lo que si estoy seguro, es que jamás maltraté a ninguna mujer. Siempre las respeté y las traté con el amor y cariño que merecían.
Ya que el ejemplo que mi padre me dió, es uno que nunca quise repetir.
Cuando me fui del club era invierno, y yo decidí regresar un verano.
Estaba yo sentado en los columpios de mi patio trasero, y es cuando me llega el vivo recuerdo de todas mis aventuras con Sun Breath.
Recordé que aún tenía contacto con Óscar, así que decidí buscarlo al día siguiente.
El ayudaba en el taller de cómics de mi escuela, así que se me hizo fácil acordar una reunión con él.
Al día siguiente después de clases, me dirigí a los pasillos del fondo, en dónde se encontraban las aulas para los talleres de la tarde y accedí al aula 35 , que es donde según yo, se daba el taller de cómics más tarde ese mismo día.
Al entrar inmediatamente reconocí a mi viejo colega, nos saludamos como todos unos hombres, sabrán cómo.
"Que hay hermano?" Dije en forma de saludo.
"Hey Alex." Me dijo él con una sonrisa agradable.
"Entonces, iré al grano. Lo que quiero es volver al club, aunque sea a ver cómo están todos."
Dije directamente.
"Estás loco amigo, sabes lo mucho que ellos te odian." Dijo él ya con un cambio de mirada.
"Dale, no creo que me sigan odiando tanto , ha pasado mucho tiempo." Dije.
"Bueno, les preguntaré hoy más tarde amigo, aunque no te aseguro nada."
"Gracias amigo! Sabía que podía contar contigo."
"Si casualmente su respuesta es un sí, me mandas un mensaje y mañana en la mañana les caigo." Exclamé en lo que me alejaba diciendo adiós a mi viejo amigo.
Iba a casa emocionado, no pensé que realmente fuera a conseguir algo. Aunque realmente aún no pasaba nada, igual lo estaba.
Me fui caminando a casa y observaba todo, ésta colonia había marcado algo en mí. Llegué a casa y me senté a comer algo. Mi madre me sirvió un plato de spaghetti a la boloñesa. La salsa de tomate y la mezcla de carne molida encima de la pasta me hacía agua la boca. Comencé a comer mientras charlaba con mi mamá y hablábamos de la escuela. Esa noche no pude dormir de la emoción.
Ya a la mañana siguiente, me levanté a las 9 de la mañana, me metí a bañar. Abrí la regadera en dónde el agua saliera caliente. Me relajaba el agua caliente cayendo en mi espalda, y el vapor que salía nublaba mi mirada. Exprimí la botella de shampoo de tal manera en que cayera un poco en mi mano.
Me tomé mi tiempo duchandome.
Salí de la regadera, el pensamiento de ver a aquellas personas de nuevo, jamás abandonó mi mente. Me sequé y cepillé mi cabello. Me miré al espejo y me puse crema facial.
Me puse un jersey del Real Madrid y unos cargo jeans en color khaki. Para el calzado use mis Jordan air en color azul con blanco. Para este punto ya eran las 10:30 de la mañana. Cómo sabrán, el mensaje de Óscar fue un sí.
Me dirigí afuera y me fuí al lugar donde recordaba que era por última vez. El aire primaveral invadía mi olfato.
Al llegar, ví que todo era igual que antes. Toqué el timbre y esperé una respuesta.
Me abrieron la puerta dos personas. Oscar y Sebastián.
"Hola, un gusto estar de vuelta." Dije nerviosamente.
"Alexander, realmente eres tú?" Dijo Sebastián.
"El mismísimo." Dije con una sonrisa.
Sebastián realmente había cambiado. Se veía mucho más mayor a pesar de tener
14 años.
"Wow! Hace mucho que no te veía amigo." Dijo él.
Nos dimos un abrazo de colegas y me dejaron pasar. Ahí la vi a ella, Rosel. Había cambiado mucho. La última vez que la ví era una niña, ahora parecía una mujer.
"Hola, Alexander." Ella me examinó con su mirada, se levantó y se dirigió hacia mí. Estaba de mi mismo tamaño. Unos 162 centímetros. Ella estaba muy hermosa ese día.
"Rosel, hola." Mis mejillas se calentaron sin razón al verla a ella y escucharla.
Ese sería el día donde oficialmente me reencontré con ella para jamás soltarla nunca.
Desde ese día el coqueteo entre nosotros comenzó. Realmente quería ganarme su corazón, quería estar con ella.Hice lo posible para lograr tener algo más serio con Rosel. Hasta que un día, nos volvimos pareja.
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Cadenas
RomanceAlexander Green se encuentra en una complicada situación en la que está en el borde de convertirse en un hombre abusador. ¿Qué es lo que hará que Alexander reaccione?