Era lunes por la mañana cuando desperté después de una pesadilla, la misma pesadilla de siempre...
Por mas que trato de recordar el hombre que me mortifica en mis sueños no logro reconocerlo, siempre es el mismo, siempre es la misma mirada, siempre la misma pesadilla.
El reloj marca las 3:37 de la madrugada y no puede ser que a mi corta edad de 7 años sufra de insomnio por cosas sin importancia... Bueno, creo que es normal que una niña tenga pesadillas pero que yo sepa no es normal tener la misma pesadilla todas las noches.
Cuando apenas me doy cuenta mis pies están caminando a la dirección de la habitación de mis padres y sin tocar la puerta entro y me a un lado de mi papa
-tini?...- susurra mi padre cuando lo abrazo
-...hola papa...- se vuelve para mirarme con apenas los ojos abiertos
-de nuevo las pesadillas?- pregunta aclarando la garganta
-si papa, desde que murió mi mami no dejan de pasar.
Mi mami murió hace 2 meses, yo no sabia muy bien lo que estaba pasando pero por primera vez mire a mi padre llorar, durante un mes entero la casa no era la misma, se sentía sola, los colores de las paredes no parecían vivos y mi papa era muy diferente al hombre que yo veía todos los días con su hermosa sonrisa, siempre pensare que mi papa es el hombre mas guapo del mundo.
-ven aquí... No tienes que tener miedo... Siempre me tendrás a tu lado.
