Coco, una caniche de pelaje rosado, tenía nervios. Ella estaba muy enamorada de Mackenzie Border Collie y un buen día ella vió que se iba a hacer una gala temática de una de sus sagas literarias favoritas y quería contarle a Mackenzie sobre ese evento.
Tomó su teléfono y escribió un mensaje para Mackenzie.
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Coco estaba muy nerviosa y emocionada a la vez, sería la primera vez que tomaría el valor para pedirle una cita a Mackenzie. Ella espero a que Mackenzie le respondiera y así poder disipar sus dudas y miedos.
Que respuesta le daría? Si decía que si? Que haría si decía que si? Que llevaría? Coco no sabía que llevar a la gala temática, pero sabía que debía verse linda para su chico especial, ella sentía una hermosa sensación cada vez que lo veía.
A Coco se le hacía muy agradable, inteligente y sobre todo muy atractivo. Pensar en la posibilidad de salir con aquel guapo Border Collie que le robaba cada suspiro en su corazón.
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Más tarde esa noche.
Coco estaba viendo la lista de espera online de aquella interesante gala temática a la que quería asistir cuando le llegó un mensaje de Mackenzie.
Ella saltó emocionada para leer la respuesta de su Border Collie. Lo que leyó la dejó helada.
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Tardó casi una hora en responder su mensaje, las lágrimas fluyeron por sus mejillas.
"LO SIENTO, PERO YA ESTOY SALIENDO CON ALGUIEN"
Aquellas ocho palabras se clavaron en el alma y en el corazón de la pobre caniche rosada. Los pensamientos fluían caóticamente en su cabeza.
Había dicho algo malo? Realmente estaba saliendo con alguien más? Había asustado a Mackenzie? Esto último se le antojaba bastante fantasioso, Mackenzie era el chico más valiente que tuvo el placer de conocer. Pero la mente de Coco no la dejaba en paz, sus pensamientos la estaban ahogando, hundiendola en un mar de oscuridad y dolor.
