Hilos de un mismo continuo

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El pasado, presente y futuro son hilos de un mismo continuo: el tiempo, que no se detiene aunque se le suplique por un rastro de piedad, ¿para quién o para qué? Es la pregunta correcta cuando se quiere controlar el tiempo que no se detiene aunque se le suplique que se extienda, adelante o detenga. Pero entonces ¿por qué se suplica por un imposible? ¿Qué hace que alguien se vuelva tan crédulo para pedir tal banalidad? El amor

¡Quizás cada momento se vuelve más extraño! Al pensar que el amor es la fuente que lleva a una persona a cuestionar el movimiento del tiempo, se convierte en un sentimiento de extrañeza para quien lo siente y de incredulidad para quien es profesado, el amor se parece a la magia que puede ser oscura o clara.

El pasado, presente y futuro son hilos de un mismo continuo: el tiempo, que continúa andando ¡aunque se le suplique preservar un momento por la eternidad! ¿Acaso es posible escoger un solo momento de una vida colmada de vivencias? ¿Quizás sí? ¿quizás no? Son interrogantes que el enamorado no puede formular, solo tiene un deseo: vivir junto a su amado por la eternidad.

¡Quizás los momentos vividos se vuelven insignificantes! Si con amor no se viven por eso quien ama esta hambriento por tener momentos con su amado, para así lograr decidir qué experiencia suplicará que se repita por la eternidad. Quien es amado cuestiona la superficialidad y veracidad de sus sentimientos, le cuesta creer que alguien pueda repetir por la eternidad el mismo evento.

El pasado, presente y futuro son hilos de un mismo continuo: el tiempo, que continúa andando para cada persona de forma diferente, para algunos representa la guía que anticipa que el amor en su vida germinará, para otros es la señal para personas y rutinas abandonar ¡Sus semillas no germinarán! Aunque se le obsequie más tiempo para el proceso continuar.

Para mi futuro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora