Prólogo

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-Dani, ¿Hoy vamos a ver a la  Abuela?- la miré, negué y ella resopló.

Nuestros padres no estaban en casa, no podíamos salir de ella y Alba necesitaba hacer algo. Era pequeña y se aburría rápido.

Adrián, mi hermanastro estaba en su cuarto estudiando o escuchando música. No estaba muy seguro. Pero de lo que estaba seguro era de que lo de cuidar a su hermana se lo había pasado por donde yo sé.

Derrepente Alba empezó a llorar diciendo que tenía hambre y yo lo de cocinar...no era muy buena idea.

Así que harto de esa mañana fui a por mi hermano, bueno hermanastro pero como llevo viviendo con él desde los once años, es como mi hermano, aunque lo único que compartimos es una hermana. Y ahora mismo estaba llorando, se estaba muriendo de hambre y estaba a nuestro cargo.

Pegué en su puerta, donde ya había un póster de una de sus bandas de los 90s.

No abrió, así que entré, no había nadie, supuse que estaría en el baño. Me acerqué a paso aligerado al baño de su cuarto.

Pegué en la puerta con impaciencia y abrió al instante.

Se estaba atando la toalla por la cadera tranquilamente, como si yo no estuviese. Sus pelos estaban húmedos y de color negro por el agua, sus labios entreabiertos, sus ojos con largas pestañas miraban la toalla concentrado, su pecho no paraba de subir y bajar, respiraba como si acabase de correr, su piercing en el pesón se movía al mismo ritmo. Era alto, algo más que yo sería por qué igualmente me sacaba un par de años.

Tragué saliva, terminó de atarse la toalla blanca y me miró extrañado

-¿Qué quieres?- fue simple, seco y delicado. No dije nada, estaba demasiado cerca, me alejé hasta la puerta principal- Daniel ¿Alba está llorando?-. Mierda ¿Seguía llorando? No...no podía escuchar nada, mi mente estaba llena de nubes y confusión

-Em...-me giré hacia la puerta, me volví y nos miremos- Si... teníamos...que cuidarla y...y... tú no...-giró la cabeza hacia un lado más confundido aún, relamí mis labios, puse los brazos en jarras

>>Mi madre nos dijo que cuidesemos a Alba, yo llevo toda la mañana soportandola pero... tú...tú te has tirado en tu cuarto "estudiando" que EN REALIDAD ¡Has estado escuchando tus mierdas de tíos gritando!

Me miró muy sorprendido y serio, con su grandes ojos resplandeciendo indignación.

No solía explotar tan rápido y menos con él. Sin pensar ni decir nada fue hasta su armario y  cogió una camiseta de...¿Metillica creo? Se la puso y me miró, se iba a poner los pantalones...

Cogió unos de chándal y en el baño se lo puso de un salto.

Se acercó hasta mí, la puerta, y se la abrí de inmediato. Pasó justo en frente de mí, nuestras caras casi se rozaron y antes de llegar al pasillo me susurró

-Al menos, "gritan" mejor que tú- se fue con marcha rápida y yo le seguí con la mirada

¿Qué había pasado? ¿Lo había visto como mi hermanastro? ¿Estaba, en... shock? ¿Me había parecido...? ¿Qué me estaba pasando? ¿Es esto posible? ¿Me estaba pareciendo algo...? ¿Guapo? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Atractivo?

Mil secretos entre labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora