Prefacio

31 2 0
                                    


«Destruído, parcialmente al menos, de una vez, todo un imperio sosegado...»

Arrugando el papel entre mis manos, me sentí incrédula de lo que alcancé a leer entre líneas. No pude evitar pensar en el ocaso. Con su lento descenso del sol hacia el horizonte, a menudo se asemeja a la angustia de un misterio sin resolver. En ambos casos, experimentamos una sensación de inminente despedida, de algo que se escapa entre nuestras manos sin revelar completamente su naturaleza.

La susodicha carta prominente de Weckhan Park Hospital yacía fuera de su sobre, había llegado a su destinatario. No deseaba seguir leyendo, pero la intriga era indulgente. Para ser honesta, me había contenido lo suficiente para no sumergirme en todo el asunto en cuestión.

No era la primera vez que recibía correspondencia sin destinatario desde que me mudé en el apartamento. Sería la numero tres de las enigmáticas fuentes sin una conexión acabada. Me lo imaginaba como un gran rompecabezas, como esos que Anny armaba por las tardes. Había prometido no volver atrás, no caminar por el estrecho sendero sin salida que mi mente se obliga a olvidar. Apenas la penuria y el dolor luchaban por no abandonar el espacio que, con bandera de barras y estrellas, se habían establecido en mi corazón.

Mis ánimos nunca se habían alzado con viento en popa para hacer algo al respecto... Hasta esta noche. Era curioso para mí, de alguna extraña manera me atraía la idea de lo inconcluso del asunto, pues estaba sumergida en mi propia búsqueda.

La incertidumbre que acompaña a un misterio sin resolver se asemeja al sentimiento de melancolía que nos invade cuando el sol se sumerge en el horizonte, dejando tras de sí una naturaleza celestial que espera a ser descifrada en la siguiente aurora. La búsqueda inalcanzable de lo que creemos desconocido, o simplemente ausente.

Recobré rápidamente la compostura y me prometí no dejar el asunto así, no ésta vez. 

Nunca he creído en el destino, todo está por alguna razón o es la consecuencia de actos desencadenados en el pasado. Este caso en particular pinta el cielo con colores profundos y sombras inmóviles, al igual que un enigma no resuelto arroja señales taciturnas alrededor.

Sosegado, al menos así quedará mi espíritu.
Y quien sea que esté detrás, sea razón o destino, lo veré en mi camino.

EN OJOS DEL OCASO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora