Único

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Miraba desde el pequeño monte donde estaba parado, Jeno un Biólogo había recorrido kilómetros por la carretera para llegar al bosque más extenso de la ciudad de Seúl.

El Bosque era realmente grande, muy grande y desde donde estaba parado se podía ver que podría perderse en aquel lugar. Pero había ido por una razón, quería encontrar a los seres que su abuelo una vez le había contado.

Ninfas, seres eroticos que tenían una belleza sin igual, eran tan bellos como los flores del cerezo al florecer, los ninfas eran hombres con fracciones muy delicadas y femeninas, su abuelo le contó que los vio hacia años aras, así que con eso atormentando su mente día y noche, porque estaba muy curioso de ver si existían fue a descrubirlo el mismo.

- Sin duda encontraré alguno de ellos por aquí. - Fueron sus últimas palabras antes de que el monte donde estaba cayera.

(...)

Le dolía mucho la cabeza, no sabía que le había pasado pero podía sentir que estaba en el suelo, cuando abrió los ojos se encontró con una belleza que no podía describirse con simples palabras, era el ser más bello e irreal que había visto en sus 23 años.

- ¿Estas bien? - Hablo aquel hermoso ser, con una voz suave y bajita.

- Me duele la cabeza, ¿Donde estoy?. - Preguntó mirando a todas partes, y fue donde se dio cuenta como estaba vestido aquel ser hetereo.

Tenía grandes pechos donde llevaba una tela transparente que terminaba en sus dos pezones, tenían una cosa en forma de flor que solo tapaba sus pezones dejando en vista todo su pecho y aoreolas rosadas a la vista. Su mirada iba bajando hasta su vientre que estaba desnudo, podía ver que la parte baja de su parte privada las tapaban unas hojas que eran cortas, muy cortas apenas tapando su intimidad.

Jeno se puso de un color muy rojo, se sintió muy avergonzado ya que su pequeño amigo que no era tan pequeño, se había emocionado al verlo vestido así.

- Estas en el bosque, me llamo Jaemin, ¿Como te llamas tu? - El chico de grandes pechos le pregunto mientras le daba una bella sonrisa.

- Jeno, Lee Jeno. - Dijo mientras se paraba para ver mejor el panorama.

- ¡Es un gusto Jeno! - Hablo el chico mientras de le acercaba, pegando sus grandes pechos asu torso.

Jeno no pudo estar más avergonzado, que sintió que le iba a sangrar la nariz.

- Ven conmigo a mi casa, vivo solo desde que mis hermanos se fueron a otros lugares. - Sonaba muy triste, sintió pena pero obviamente iría con ese bello chico, después de mirarlo tanto llego a la conclusión de que ese chico era un ninfa.

- Sería un placer Jaemin. - Jeno hacía todo su esfuerzo para solo mirar el rostro del chico bonito y no a sus grandes amigas que lo acompañaban.

- ¡Si!, ¡Sígueme!. - Cuando Jaemin se dio la vuelta Jeno pudo ver que sería difícil no poner sus manos encima del chico. Las hojas que rodeaban sus caderas no tapaba en absoluto su gran trasero.

Mientras Jeno le seguía el paso, solo pudo ver como aquellas mejillas traseras rebotaban mientras el chico caminaba.

Fueron unos minutos un poco largos, pero al fin llegaron. La casa de Jaemin era en un árbol, en especifico en el tronco de un gran árbol.

- Esta es mi casa Jeno. - Jeno vio como Jaemin salto haciendo que sus pechos rebotaran junto a su abultado trasero.

Jeno se toco la entrepierna disimuladamente, no quería tener una erección en ese momento.

- Es bonita.

- Vamos a dentro, ven Jeno. - El chico lo guió hasta el interior de la casa.

Era bonita, tenía una cama hecha de hojas, un tronco de árbol como mesa y pequeños de ellos como asiento también, una decoración en muchas flores y lianas.

Ninfa | Nomin (OS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora