Capítulo 5. Matthew

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Lo veo. Una nota en la pared de las escaleras. Miro a mí alrededor para asegurarme que mis padres no están, eso tiene que ser de Estela. ¿Quién mas puede ser capaz? La nota esta pegada con celo en la pared, es una nota amarilla. La arranco sin cuidado y leo en letras rojas :

"Matt. Hoy no te duermas." Vale. Gracias abuela. No te preocupes, no lo necesitaba, pienso irónicamente. Voy a paso muerto a mi cuarto. Por el camino me encuentro a Stacey.

—¡Jugar jugar! —dice con mucha alegría.

—Ahora no Stacey.

Me meto en mi cuarto, cierro de un portazo y cierro con llave. Escucho los lamentos de mi hermana.

—¡Matt! No des portazos joder —escucho gritar a Rickson por toda la casa.

—Jodeh, jodeh jijiji —rie Stacey.

—Esas cosas no se dicen cariño —grita "dulcemente" Marssella.

Suspiro por centésima vez en el día y paso de estar enfrente de la puerta escuchando a desplomarme encima de mi cama. Agarro los bordes y los arranco. Deshago la cama y me hago una bola dentro. Después de la asquerosa pelusa del autobús, esto, me encanta. Miro hacia el techo y hay otra nota. Genial. Ahora me tendré que deshacer de esta postura tan cómoda para la que tarde veinte minutos. Me niego rotundamente así que fuerzo la visa para leer.

"Animo cariño —E ". Si si. Gracias abuela. Menos mal que no me levanté. Eso no merecía mi comodidad. Me quedo dormido entre alguna lágrima y para cuando me despierto ha pasado hora y media y me ruge el estómago. Recuerdo que cerré con llave. Si mis padres quisieron entrar. No pudieron. Deben de estar muy contentos...Otra vez. Me voy desacomodando, me levanto y salgo de la cama. Tengo un pié dormido así que cojeo. Abro la puerta y se escucha el silencio. Normalmente uso el móvil casi todo el día contra el aburrimiento pero claro, hoy no lo tengo. "Hasta que confiese la verdad", pienso dramáticamente. Mis padres habrán salido. Debo buscar comida antes de que vuelvan. Me dispongo a bajar las escaleras cuando escucho un ruido. Como de araña. No le hago caso y bajo. Entro en la cocina y veo mi almuerzo en la mesa. Debe estar helado. Me voy acercando al fregadero a coger mi vaso cuando me siento terriblemente observado.

—¡¿Qué coño quieres?! —grito parándome en seco. —Hoy ya no estoy para estas tonterías —digo apretando los puños y otra vez con un nudo en la garganta.

Escucho patas detrás mía. Por la puerta. Tiemblo y me giro bruscamente y ahí está, una gorda criatura, es como predije. Una araña negra de medio metro y gorda, me fijo en su cabeza, aunque lo que veo me petrifica aún mas. Lleva una mascara. Como la de Mascareid, pero en otro color. La criatura se suelta y cae al suelo. Luego empieza a transformarse en lo mismo. una araña pero mas delgada y mas larga, las patas y brazos se separan mas unas de otras, es negra con rayas amarillas y es muy viscosa, desprende algún tipo de baba. Sus ojos tienen pinta de ser de mosca, tiene antenas y colmillos, sin previo aviso me lanza una pata con muchas telas. Esta se extiende. ¿Una araña con patas elásticas? Yo aparto mi cabeza sin pensarlo para que no me dé, y el brazo se queda enganchado en el fregadero, no lo puede soltar. Debo actuar. Veo la gaveta en la que guardamos los cuchillos. Esa pata viscosa está entre eso y yo. Paso por debajo justo antes de que "la cosa" me lance otra por el otro lado. La cual queda enganchada en la pared. Yo grito y me tapo los oídos, "la cosa" grita. Está atrapada. Tiene dos de las ocho atascadas. Yo me tiro contra la gaveta asfixiado, la abro a toda prisa y saco el primer cuchillo que encuentro que es un delgado cuchillo que no sirve para nada. Se lo lanzo frenéticamente y cae en otra pata que venía en mi dirección, entonces para a unos centímetros y veo lo que hace que se quede pegada una vez toca algo. En la punta tiene colmillos y un agujero del que sale baba blanca, que convulsiona y cae.Solo se ve el mango del cuchillo. No se rinde, intenta desestancarse el cuchillo. Busco otro y ahora sale el señor cuchillo. El que usamos para cortar la pata de cerdo por Navidades. Me levanto y me pongo en posición. Me tiembla todo pero debo hacerlo. Le cortare las ocho mierdas esas y luego su asquerosa cabeza. Si. Eso haré. En ese momento me lanza otra que queda atascada en la gaveta de los cuchillos y yo me agacho muy asustado. Joder, Esta destrozando mi cocina. Apunto el filo del cuchillo hacia la pata que está justo encima de mi y se la clavo. Ella agoniza. Luego saco el cuchillo, me acerco a la primera pata lanzada y la corto. luego otra y otra. Ella lanza las que les queda aunque ya no se quedan atascadas. Es como si se hubiera vuelto mas inteligente y ahora me persiguen tres patas de esas. Yo retrocedo se acercan muy rápido a mi. Pero retrocedo en círculos por lo que me tropiezo con otras patas ya cortadas. Me caigo bocarriba y esas cosas me apuntan una cae con intención de darme pero yo me encojo rápidamente, veo a mi lado la pata que acaba de lanzar estancada en el suelo moviéndose rítmicamente intentando salir. La corto deslizando mi cuchillo me levanto y corto las otras dos. Me fijo en "la cosa" que se deshace de sus extremidades rotas y veo que le salen alas. Venga ya. No jodas. ¿Ahora vuela? No creo. Voy a terminar esto. Ahora. Justo antes de que empieza a volar le lanzo mi cuchillo, que le da en toda la cara. "La cosa" se para y cae, inerte.

Flechas (cancelled)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora