¿No sabes cómo empezar a planear tu historia? ¿Miedo a la página en blanco? ¿No sabes cómo crear mundos, sistemas mágicos o personajes que se sientan reales? No te preocupes, todos pasamos por eso. Aquí te dejo algunos consejos, métodos y plantillas...
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¡ 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝟑 !
A la hora de planificar nuestra novela, solemos utilizar historia y trama como si fueran sinónimos, pero en realidad son términos distintos. Usemos uno de mis personajes como ejemplo: Aneesa, una joven de Belur capaz de manipular el fuego en un mundo donde sólo las mujeres pueden nacer "infectadas" con magia, se ve forzada a huir cuando el Imperio Tao Hai ataca su hogar para acabar con todas las mujeres como ella.
Esa es la historia de Aneesa. Nos dice el qué, quién y dónde. Pero ¿cuál es la trama? Muy fácil. La trama es el cómo, cuándo y por qué... ¿Por qué el Imperio Tao Hai quiere acabar con las mujeres capaces de hacer magia? O ¿por qué sólo las mujeres se "infectan"? ¿Cómo logra escapar Aneesa? ¿Cuándo ocurre esto?
Mientras que la historia abarca quiénes son los personajes, qué conflictos enfrentan y dónde ocurre todo esto, la trama es el tejido de tu novela; lo que hace que los eventos de tu historia sucedan. Si la pregunta básica de toda historia es "¿Qué pasa después?", la trama es la respuesta. La estructura de la historia esta definida por la trama; ésta es la que define qué sucede y cuándo. Puede estar compuesta por varios hilos de la historia aparentemente inconexos, pero siempre y cuando se haga evidente que estas acciones y eventos están conectados de alguna manera, (y que una acción o situación desencadena otras) son parte de una trama.
En resumen: La trama es el diseño de tu novela, cuando todos los elementos implicados (argumento, personajes, tema, tiempo, espacio...) se interconectan de forma lógica y necesaria para lograr un significado unitario.
Cuando digo «necesaria» me refiero a que en la novela no debería haber nada superfluo. Cada personaje, cada escena, cada diálogo, cada descripción, cada acontecimiento... debe tener una fuerte razón de ser.
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Habiendo aclarado la diferencia entre historia y trama. Es momento de organizarlo todo eligiendo una estructura. Pero para ello, primero tenemos que tener claro lo siguiente: tu novela no es un registro fiel de todos y cada uno de los acontecimientos vividos por tu personaje desde su nacimiento hasta su muerte. (O no debería serlo: imagina la longitud de esa novela y el aburrimiento del lector que se enfrentase a ella). Al contrario: la conversión de la historia de ese personaje en la trama de la novela requiere una selección minuciosa y significativa de los hechos relevantes para el tipo de historia que quieres contar.
